Miguel Ángel Avilés
En estos días, una personita que amo, habrá de concluir su primer año de su maestría. Al siguiente logrará su propósito y estoy seguro, que se sentirá una triunfadora. Creo. El jueves pasado en la noche, una amiga a la que quiero con el alma, celebró sus treinta y cinco años de carrera como soprano y lo hizo, triunfante, en la catedral metropolitana. Ella debe de estar feliz Quiero pensarlo. Hace muchos, muchos años, un entrañable amigo,tal vez el primero que tuve en mi vida, saltó del kinder a la primera, y así de chiquito como era, como sigue estando, fue el más destacado del grupo, tanto que al terminar el ciclo escolar, mereció el más destacado lugar en aprovechamiento. No era para menos. Creo que su mamá trabajaba en esa escuela pero nada tuve que ver para que se llenara de dieces su boleta. Pudo sentirse muy orgullosa ,eso sí, pero no era para menos. No hay madre que no estalle de emoción, si un hijo o dos, son los que nombran en la clausura de fin de año para que pasen al frente bien peinaditos y reciban de la mano del director su respectivo diploma. Creo. Algo así pasó con José Maria, su nombre de pila y hermano de quien esto escribe, el cual, así como los otros que ya mencioné, también ha sido siempre un triunfador en lo que quiso y en la escuela, ni se diga, pues en cuestiones de diplomas y otras condecoraciones, nadie pudo con él. Eso ha de ser bien bonito. Lo es para ellos y para quienes los queremos , pues nos consta que cada logro ha sido el resultado de su tenacidad y de su perseverancia. Asina es. Esos triunfos no fueron adquiridos en la reventa de un estadio, ni en el mercado negro de la plaza de Santo domingo o en Tepito ni mucho menos en la catedral de la pirateria mexica como lo es San Juan de Dios. Nel pastel. Si estuviera tan fácil, hasta yo fuera un ganador. Según el primer concepto que agarré, veo que para la psicología, el esfuerzo es la capacidad personal que nos ayuda a conseguir las metas que nos proponemos y a vencer los obstáculos, diariamente. Supongo que los nombrados eso hicieron y por tanto ahora cosechas lo que sembraron sus ganas y su dedicación. Supongo. Me parece, sin embargo, que esa disciplina, ingrediente principal para alcanzar sus objetivos, no fue repentina ni la encargaron por catálogo a Shein, ni tampoco se la arrebataron a un vendedor de libros de superación personal o engaños por el estilo. Para mi que eso se adquirió en casa. Un miembro de la familia les modeló, papá y mamá o los dos juntos se pusieron las pilas y, haciendo mancuerna formaron a una persona de bien ,que fue construyendo su futuro, a golpes de presentes. No todo ha sido miel sobre hojuelas. De haber sido, no estarían en el lugar que ocupan, se les conozca o no, sepan de ellos o no, destaquen más a un bueno para nada que a ellos o no. Y es que el vivir en ocasiones nos lo pone difícil. Hay momentos en que las fuerzas flaquean, sienten que no pueden más, que la única opción que tienen es abandonar y conformarnos con seguir donde están. Pero nanais, esta especie de triunfadores no se rinde. Al contrario, los obstáculos parecen ser carburantes que les ayudan a cargar baterías y van, decididos, tras la siguiente vaya para saltarla. But it's been no bed of roses No pleasure cruise I consider it a challenge before the whole human race And I ain't going to lose Mientras tanto,en el lado opuesto, están los otros lo que conforman por haberse levantado de la cama, en espera de que llegue la noche para acostarse otra vez. Allá ellos y su mínimo esfuerzo. Lo preocupante es que de ese grupo ,el cual se caracteriza por sembrar conformidades y justificaciones, en espera de cosechar la nada, más de uno se ha fugado, cobijandose en la simulación e inconcebiblemente, puede observársele subiendo al podium social para,ser condecorado con el trofeo de lo inmerecido. Como en lugar de virtudes, son portadores de mucho cinismo, nada les hace que alguien murmure sobre su oportunismo o lo señale como el tramposo que llegó a la meta, acortando caminos y zancadillando a un auténtico triunfador. En el caso de los triunfadores, entiendo que sus pensamientos suficientemente fuertes para luchar, para seguir adelante, para reventarla macizo como dicen ahora. Los de enfrente no se si alcancen esa categoría que, aun cuando sea merecible, me sigue pareciendo muy fuerte, muy potente para colgarla en el cuello de alguien y es lo de ser un mediocre. ¿Pero cuál es el significado de mediocre según la wikibiblia? Se refiere a la falta de visión, la carencia de un propósito, no dar buen fruto, lo contrario a la excelencia o no dar la milla extra. ¡Tómala! Ese estatus no me gusta matarile rile ron. Amo a to Matarile rile ro Qué quiere usted Matarile rile ro Yo quiero un paje Matarile rile ro Escoja usted Matarile rile ro Si gusta puede usted llamarlos de otra manera. Pero allí seguirán,creyendo que a la gloria se llega, en tres pasos, fácilmente, porque así de rápido les que llega el éxito o como le digan a eso que, envuelta en un engaño, presume su desfachatez. Es por demás, no tienen ya remedio. Se puede tocar el cielo desde un sillón reclinable, o ocupar una judicatura o alcanzar la cúspide académica o tomar protesta, por fin, en ese peldaño que tanto buscaste, pero seguir siendo un cero a la izquierda, desnudo, al momento de que la conciencia los tome de la oreja y los confronte con su fría realidad. En cambio, se puede no haber ocupado ningún encargo de estos ni ser laureado frente a multitudes con toga y birrete, ni tener la suerte una beca que a cualquiera le quita angustias quincenales, pero esto no le impidió superarse para brillar con luz propia en su profesión o en su oficio. Yo tengo algunos amigos así y me enorgullecen. Porque también son unos triunfadores. Sí, los que hoy cosechan tantas victorias legítimas y merecidas han tenido sus descalabros y encontronazos que han llegado a demolerlos. Pero se levantan y andan ,en busca del siguiente reto, como si estuvieran viviendo una resucitación. Porque son vivencias y experiencias que les reafirman que todo ha sido necesario para ser quienes son actualmente. Es decir, renacen. Y renacer significa volver a nacer o recobrar fuerzas; Es una palabra de origen indoeuropeo que significa engendrar, nacer, hacer y, por supuesto, transformarse. Porque morir, en ocasiones, es nacer con entereza y con más hambre para seguir triunfando.
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Por Miguel Ángel Avilés
Lo sucedido en Puebla fue aberrante. Ocurrió un 14 de septiembre de 1968 en San Miguel Canoa ,un poblado de la capital. Ahí, la muerte, también tuvo permiso. Por eso digo que lo sucedido en Puebla es aberrante. En la localidad de Papatlazolco, Huauchinango, la muchedumbre confundida- en todas sus acepciones- lincharon y quemaron vivo a Daniel Picazo González, ya que lo confundieron con un “robachicos”. Al joven lo abordado los pobladores alrededor de las 22:00 horas del pasado 10 de junio; eran aproximadamente 200 los que participaron en el linchamiento. Lo golpearon y llevaron a las canchas de la comunidad en donde lo quemaron vivo. Más tarde, policías municipales y estatales, así como paramédicos de la Cruz Roja llegaron a la zona de los hechos, sin embargo, él ya no contaba con vida. Eran cinco jóvenes empleados de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, que escalarían el volcán La Malinche, pero el mal tiempo los obligó a refugiarse en ese pueblo de San Miguel Canoa. A consecuencia del fanatismo religioso vivido en el lugar, el pueblo los confunde con comunistas, deciden lincharlos y lo hacen. La sinrazón de por medio. En gran medida la gente fue incitada por el párroco local, Enrique Meza Pérez, que en la película de Felipe Cazals, es interpretado por su tocayo, Enrique Lucero, gran actor mexicano, a quien tan solo verlo en pantalla daba miedo. Con un extraño corte militar tipo flat top y unas gafas de pasta oscura que serían muy útiles para ocultar una cruda, se encasquetaba la folclórica sotana y comenzaba su arenga esa de que los demonios andaban sueltos, para luego azuzar a los feligreses contra los nuevos judas, los que traicionan a dios nuestro señor y que ven con agrado como ya se levantaron los comunistas, que incendian camiones, destruyen comercios, ultrajan a la gente. Ya pusieron una bandera, roja como el infierno, negra como el pecado, se la pusieron a las autoridades, eso es una burla, es una grosería. Y no solo están en México, están en Puebla y están aquí.” Enseguida dirigió su discurso contra los empleados de la BUAP, a los que consideró como estudiantes y vociferó con respecto a su presencia en el lugar y todo lo que, según él harían. Pero aproximadamente cuarenta minutos antes, ellos estuvieron escuchando la historia del pueblo y acerca de los abusos de poder del párroco Meza Pérez. De repente, el ambiente se inquietó. Alguien repicó con furia las campanas de la iglesia, y, según las crónicas de los días siguientes, desde “un megáfono que estaba colocado en el centro del pueblo se dejó escucharla voz de alarma, informando que allí se encontraban comunistas y repartirían propaganda”. Nadie constató si era cierto (el fanatismo no piensa, solo se limita a creer y actúa, obedeciendo, ciegamente al apólogo de su enfermedad) y los pobladores, acatando la voz del cura, impidieron el hecho linchando a quienes consideraban “enemigos de la creencia católica” y el gobierno bajo su manto. Oh, Dios mío, qué locura. "El afectado, bajo el señalamiento del supuesto secuestro de menores de edad, lo golpearon y posteriormente prendieron fuego a la unidad y a la persona, ocasionándole quemaduras que provocaron su fallecimiento", detalló la Fiscalía. Como en tantas ocasiones lo hizo, Daniel Picazo González salió de su domicilio en Ciudad de México para visitar la casa que heredó su abuelo en una pequeña localidad del estado de Puebla. La propiedad está ubicada en la localidad de Las Colonias de Hidalgo, a unas tres horas, más o menos, de la capital mexicana, y al joven de 31 años le gustaba pasar los días libres en estos territorios que eran sus orígenes. Así lo hizo el 9 de junio. Avisó a sus padres, Ricardo Picazo y Angélica González, que había llegado bien. Un rumor que corrió días antes por grupos de WhatsApp y Facebook de Papatlazolco, el cual no fue verificado (porque la ignorancia impera y esta solo cree, no le importa la verdad) decía que había gente foránea raptando niños para traficar con sus órganos. Salvador Sánchez, Ernesto Gómez Cruz, Rodrigo Puebla,. Roberto Sosa, Arturo Alegro, Carlos Chávez, Jaime Garza, Gerardo Vigil, Malena Doria y los otros actores que llevaron estos hechos a la pantalla grande, estaban aún muy jóvenes, con mucho futuro por delante. Daniel también estaba joven. Tenía 31 años y fue víctima del señalamiento público de una muchedumbre, según los primeros informes de las autoridades. Información falsa de ese tipo ya ha sido usada antes para generar zozobra en comunidades como esta. Ya ocurrió un 14 de septiembre de 1968 en San Miguel Canoa, un poblado de la capital y en otras tantas veces más. En este Estado de la República y en otras ciudades del país. Porque esta conducta exagerada, enloquecida, irracional, ya sea de una religión, idea, teoría, deporte, cultura, estilo de vida, persona, celebridad o sistema, está presente, a la vista de un astuto o astuta, dispuesto a explotarla y hacerse para sí de esa masa popular, con tal de vivir y sobrevivir el mayor tiempo posible a costa de esta locura. Porque al fin de cuentas, él o ella también es uno de esos enfermos. “El rey sólo es señor, después del cielo y no bárbaros hombres inhumanos si Dios ayuda nuestro justo celo. ¿Qué nos ha de costar?” Lope de Vega Fuenteovejuna, Acto III Así da inicio la película Canoa. Ni duda cabe: el fanatismo, es un peligro para México. Por Miguel Ángel Avilés
Cuánto yo supe quererte Te abrazaba yo en el puente Nos quisimos de un jalón En las tardes tan serenas Por las verdes arboledas Me robaste el corazón Así puede cantarle alguien a su ser amado, muchos años después de la inauguración, si ese mismo día no se viene abajo. Pero se vino. No en la inauguración, corrijo, sino en su reinauguración, no sé si la única o la primera de tantas. Pero hoy todos, literalmente, viven para contarlo pero qué tal si hubiera tenido consecuencias mortales, el tema no sería lo que parece que significó para algunos, una simple anécdota, sino se estuviera llevando al paredón de fusilamiento a medio mundo, desde los que lo planearon y, lo construyeron , pasando por el Director Responsable de Obra, 'seguido por los titulares de cuatro trienios anteriores, el presidente municipal actual de Cuernavaca José Luis Urióstegui Salgado, los albañiles y carpinteros, proveedores y hasta llegar, desde luego, al chaval que parecía festejar su cumpleaños y agarró al puente como su brinca brinca. Luego vino el tiempo de aguas Ya no supe dónde andabas Y todito se acabó Y para colmo de mi suerte Fue creciendo la corriente Y hasta el puente se rompió. Sin duda alguna, de que se rompió, se rompió, no fue ilusión óptica y aunque hay quienes son capaces de negar hasta lo más evidente pues , en este caso, no hay quien no lo viera, gracias al Big Brochar en que vivimos todos y gracias a la tecnología, a la globalización y a la redes sociales, pero también gracias al morbo, a la oportunidad de quien captó el momento preciso, al amigo o amiga que es más argüendero que doña María Castillo y lo compartió en cuanto lo tuvo consigo . Qué importa qué desgracia haya ocurrido: llegó a mi chat y yo reenvié, no vaya a ser que alguien me gane con la primicia y que vergüenza, me miraré muy mal en mi trastornada afición de compartir estas noticias. De ese modo se justificaría con su conciencia y con quien le pusiera un alto por andar compartiendo imágenes nada edificantes, pero sí de mucha satisfacción para el remitente quien goza, babeante, con su estúpido pasatiempo. Debido a esas prácticas y, por supuesto, debido al noticiero que ustedes quieran o al adversario de la administración en turno, que, a como está el nivel de buena parte de la clase política, muy probablemente gozaba en la misma proporción de su lamento ,si le hubiera tocado a él cuando estaba al frente de la administración municipal anterior, pero en estos momentos sonríe muy campante. "El puente roto", le llamo yo A tu cariño que se rajó Así dejaste a mi corazón Hecho pedazos por tu traición No sé si fue traición - de la naturaleza, de la física, de la ingeniería - o del infiltrado jovencito que saltaba y saltaba como si no hubiera un mañana, en tanto que el puente colgante, estaba a unos segundos de colgar los tenis y venirse abajo, como un rudo juego mecánico descompuesto, frente el enorme susto de los asistentes que ya se veían posando en un ratito más, de otra forma, pero jamás así ,en el periódico del día siguiente, no sin haber disfrutado esa tarde una cecina, un pipián verde, una sopa azteca o un caldo de mojarras, y brindar a gusto por tan lucidora obra, la única que no fue incluida en rehabilitación del Paseo Ribereño, según informó, aunque ya no se para que, el Gobierno del Estado de Morelos. ¡Ay! Y ahora pues Ahora tú, en el puente roto Abrazada con el otro Ni te acuerdas de mi amor (no, no, no, no) Porque así son las mujeres Cuando el hombre más las quiere Siempre pagan con traición Sí, así pudo escucharse: " Ay " y otros " Ay " en repentinos coros, literalmente ,el puente roto y abrazada con el otro pero en ese rato de sentones de improviso no quien se acuerdas de su amor (no, no, no, no). A lo mucho se acordaron de la virgen de Guadalupe, de diosito, de los que hicieron el proyecto y del D.R. O. que, para entonces, ya estará escondido abajo de una cama, voló a Dubái, o sobrevive entre los caídos, rogando a todos los santos morelenses que no lo reconozca nadie porque ahí mismo lo linchan. "El puente roto", le llamo yo A tu cariño que se rajó Así dejaste a mi corazón Hecho pedazos por tu traición Ahora tú, en el puente roto Abrazada con el otro Ni te acuerdas de mi amor Porque así son las mujeres Cuando el hombre más las quiere Siempre pagan con traición” Como no se va a rajar si lo hicieron menos cuando podían haberlo incluido en el proyecto "Rehabilitación del Paseo Turístico Ribereño Alfonso Sandoval Camuñas" y echarle una manita, considerando su importancia pues conecta a dos pasillos mayores construidos en cemento y estructura metálica, siendo parte obligada de la ruta por la barranca de Amanalco, que inicia en el parque Porfirio Díaz, a unos metros de la Iglesia de El Calvario y suele concluir en la calle de Carlos Cuaglia, a unos metros de donde los voceadores recogen los periódicos ya en el mero centro de Cuernavaca. No conozco estos lugares. Acaso nomas el Jardín Borda y otros puntos-pero estos no. Sin embargo, se aprecia interesante, como para haberle sacado la vuelta cuando planearon la rehabilitación, a la que por cierto se destinó 3.4 millones de pesos, a no ser que, estando tan en boga las zancadillas entre miembros de un partido y otro o al interior de estos, lo obviaron para que un día, tarde que temprano, llevaran a cabo la enésima reinauguración. No hubo resultados fatales, ya dijimos y esto es lo mejor. Bienaventurados somos por fin, si consideramos que las tragedias en México, de este tipo, son a perpetuidad como lo son también, en muchos casos, los reclamos de justicia de las víctimas y la ciudadanía en general. Para qué enumerarlos si cada uno nos brinca en la memoria, así como lo hacía el joven al saltar en la orillita de ese puente. Esta vez hubo saldo blanco, tan blanco como se vio el presidente municipal al sentir el derrumbe. No serán tantas las explicaciones ni los deslindes, ni las peticiones en la calle para que rueden cabezas, ni promesas de que se llegará a las últimas consecuencias ni que no se solapara a nadie. Porque la sangre no corrió ni hubo muertos, así dicho, en plural. Porque ya para nuestra capacidad de asombro colectivo, uno, querido México, no es ninguno. https://www.youtube.com/watch?v=KdmBoEmJnSE Por Miguel Ángel Avilés
Recuerdo esos días de adolescente en los que llegaba de la escuela y luego de echarle un ojo a lo que mamá había hecho de comer, expresaba una mueca, decía que no tenía hambre y me iba al cuarto a dormir una siesta o a pensar tonterías que nos pasan por la cabeza cuando impera la inmadurez y el mal agradecimiento. Mi madre, haciendo de su pensión ,malabares, se esforzaba y entregaba toda de sí para que, lo que a ella le correspondía realizar, cumpliera un objetivo, alcanzara un resultado y nosotros, los cinco herederos, viéramos que, pese a las dificultades propias de una realidad que le había tocado vivir, su misión, día con día, llegaba a buen puerto y en esa mesa de la cocina o del corredor, habría un plato lleno de amor para todos. Se había entregado al cien, con tropiezos y errores, nunca con mala intención y no hubo año de su vida que no lo consiguiera, porque alguna vez supo que en cualquier labor teníamos que entregarnos en cuerpo y alma, antes que aventarte del barco y pretextar tempestades para justificar el fracaso cuando frente a uno mismo, el creador, los parientes, la almohada, la conciencia, los de tu alrededor, te pidieran rendir cuentas. Lo que hizo y deshizo para que el salvo fuera siempre a favor, nunca lo vimos a detalle, como tampoco vimos seguramente todas sus lágrimas, solo encontrábamos en la estufa el producto final, no sus idas y venidas a la tienda o al mercado, ni las noches de desvelo para lo que vendría mañana , ni los pesos que se contaron a solas, para que esto o lo otro pudiera comprarse y no faltara nadita de lo indispensable. Es decir, había resultados y eso, mis queridos cinco mil lectores, era lo que importaba. El fin justifica los medios, es esa máxima atribuida a don Nicolás y no falta quien lo ande citando tal como si lo hubiera escuchado decirlo en allá en Albergaccio, la taberna hacia donde se escabullía hace poquito, en 1512, cuando el astuto estadista, entonces con 43 años de edad, se hallaba en unas "vacaciones" forzadas y aprovechó para escribir su libro El Príncipe. "Aguuuusto, el viejo" diría mi entrañable amigo y compadre, quien sobre este personaje y más, sabe un resto. La que no sabía de él (de Maquiavelo, no de mi compadre) era mi madre y creo que tal ignorancia no le espantó el sueño, únicamente asumió el reto, caminó sobre las aguas y llegó hasta la otra orilla, sana y salva, creo aunque no tanto, pero ella, al final, en caso de haber rendido su informe, todos hubiéramos estado satisfechos y le hubiéramos dado las gracias con un beso en la frente, una cerveza bien helada, dos tacos de lengua, unas arracadas de oro, una casa mejor o el pago en dinero, sin objeciones, por lo que hizo. No obstante, en ciertos momentos no vemos o más bien no queremos ver lo que alguien trabajó día y noche para satisfacernos y nos hacemos tontos (aquí cabría otra palabra), olvidadizos, ignorantes de lo que se nos dio, de lo que la otra persona intentó y logró ,fielmente, sin traición alguna, pese a que había suficientes razones para mandar todo al demonio, porque ya era demasiado trajín o porque el beneficiado de esa cosecha buscada durante largos años, lejos de percatarse de todo lo conseguido a su favor, sigue sin ver una realidad que le pasó por encima. A pesar de lo anterior, goza de lo logrado y ni así entra en razón, para corresponder en la misma proporción lo que trabajaron por él, mientras este, malagradecido ya, estaba en su habitación, cómodamente, nomás mirando al cielo, sobándose la sucia barba como un demente y en silencio, le echaba porras a su deplorable ineptitud. ¿Me desvié del tema? Sí. Como que agarré monte y lo acepto, okey, por tanto, me enderezo y sigo: ¿ De qué estábamos hablando? Ah, quería hablarles de los malagradecidos y resulta que una historia familiar, acabó siendo el material didáctico. Perdón. Pero bueno, yo buscaba referirme a los creen que todo lo merecen, que no comprende lo que se esforzaron por él, que exige y exige, aunque nunca se pregunte si debe de dar algo a cambio o sabedor hace como que la virgen le habla, que no es capaz de entender nada de nada pero eso sí, cuando en los roles que jugamos como individuos – en la vida diaria, la familia, una trabajo, cualquier deporte, la amistad – un día le toca corresponder a favor del otro por todo lo que hizo por ti , como fue el caso de mi madre , por ejemplo, o un amigo o amiga, un desconocido que te echo la mano, un pariente que te sacó del apuro, un vecino que te prestó una herramienta, o un experto en un oficio que te arregló lo que más te urgía o un profesionista que te sacó las papas del fuego cuando más ardían y volvieras a recuperar lo arrancado sin derecho y a la mala, sin razón alguna, grosera, desleal, nauseabundamente te da la espalda y se vuelve ojo de hormiga para no cumplir ni con la más mínima regla de urbanidad como pudiera ser un gracias. Y no es porque que hizo a tu favor un bien lo pida. No. Es por la iniciativa del destinatario de tus actos quien habría de expresarlo. “Claro, siempre y cuando seas un bien nacido,” me recordaría mi madre. Pero de qué sucede, sucede y estoy seguro que en ese ilimitado universo que es su memoria ya estarán recordando algún episodio propio, y en esa teatralidad que nos viene a la mente, unos son esa madre que describí al inicio y otros juegan el condenable papel del hijo que prefirió andar el camino como judas hacía una cena que hoy pudiera valer cuatrocientos monedas de oro, quizá más, muchos más, dependiendo de qué tamaño sea la desfachatez y su vergüenza. ¿No me crees? ¿te gustaría conocer a estas personas? Adelante. Entrégate, como mi madre, cien por ciento por él. Luego fíjate cómo te trata cuando ya no te necesita. |
Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
September 2024
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