Por Miguel Ángel Avilés
Un par de días antes de finalizar el año 2023, murió María del Rosario Mendoza Chávez, la nayarita por nacimiento y sonorense por adopción . Puede que dicho nombre no le diga mucho porque ella fue más conocida como Rossy Mendoza. Supongo que ahora sí les dijo mucho. Un mes y medio después, fallece Aleksandra Aćimović Popović, es decir Sasha Montenegro, la actriz y vedette italomexicana. En el medio artístico y del espectáculo se vivió el luto pero también en la cultura popular, en especial en el sector másculino y para quienes fueron púberes, jóvenes o pubertos en los años setenta, se vivió un duelo que de repente pudo convertirse en íntimo recuerdo, maridaje nostálgico entre lo público y lo privado, entre lo autorizado y lo prohibido, entre la tentación al pecado y las ansias de pecar. Era la línea irrumpida entre una letra y la otra, A,B o C, una clasificación impuesta, de las cuales dependía sentirte un posinfante aún, o añorar la sombra de ese adulto que ya queríamos ser, para cruzar las cortinas y encontrar ,en penumbras, esa gran pantalla y ver a esas mujeres con un cuerpo en donde todo era grande. Rossy y Sasha eran vedettes, bellísimas vedettes en una época en donde ellas y, tantas y tantas encontraron la veta y la bonanza durante más de veinte años, en la pantalla grande y chica, a lado del batallón masculino a quienes no pienso mencionar ahora. Primera, porque no los ocupo para esta entrega y, segundo, por envidia, ya que los aludidos eran los galanes, amantes, esposos o libidinosos espectadores, en un cabaret de todas estas mujeres a las que uno solo veía aplastado en una butaca, mientras aquellos, por más actuación que fueran, se pegaban muy buenos escarceos con las mencionadas o con otras por el estilo como Angélica Chaín, Wanda Seux, Olga Breeskin, Lyn May, Princesa Yamal, Gloriella, Grace Renat, Jacaranda Alfaro,Thelma Tixou, Jacqueline Voltaire, Rebeca Silva y ya, como ejemplo basta, porque esto se está poniendo muy candente. Unas antes, otras después, pero era consideradas las vedettes más famosas de México y destacadas protagonistas en el llamado cine de ficheras, algunas de las cuales verdad o mentira, fueron relaciones con personajes poderosos en el país de ese entonces, mismos que formaban parte de una clase política rancia y de un par de sexenios de los que aún quedan secuelas y recuerdos pestilentes. En una definición genérica las vedettes eran las bailarinas o actrices principales de un espectáculo de variedades o teatro de revista: La palabra es de origen francés y en la actualidad se usa para nombrar a la artista femenina de un cabaret y todo lo que pueda ofrecer: revista musical, variedades, music hall, comparsas o burlesque. Según me han dicho, porque nunca me he parado en un lugar así, el propósito de una vedette en el espectáculo de cabaret o centro nocturno es la de entretener al público. Pero no solo eso, aparte tiene que saber cantar, bailar y actuar en un escenario y dependiendo de la calidad de su espectáculo, trayectoria o dominio de uno o más talentos escénicos o virtudes artísticas, se le considera entonces una súper vedette o primera vedette, como tantas mujeres en este país lo han sido. Guste o no, una vedette tiene que ser una mujer con un físico o una personalidad y carisma sobresaliente, hábiles para captar la atención del público y persuadir todos sus sentidos para que vuelva. Los que han ido a esos inmorales sitios, en donde las mesas son redondas, se está a media luz y ofrecen alcohol sin límite, aseguran que además del canto, baile y actuación, las vedettes incluyen en sus shows a destacados cuadros de bailarines, vestuario muy llamativo, e incluso, algún mago, un par de comediantes, o animales exóticos que puede mostrarse alrededor de su cuello o en donde les venga en gana. Por si fuera poco y aunque entiendo que para muchos de ustedes es secundario, algunas vedettes realizan desnudos y números de estriptis en el escenario. Estos espectáculos, repito, alcanzaron mucho éxito en los cabarets, teatros y centros nocturnos de hispanoamérica, incluyendo por supuesto a México y si quiere saber mas al respecto o traer a su memoria aquellos pasajes, esos nombres o una escena , les recomiendo el libro del reconocido periodista y escritor Jose Luis Martinez que se llama El día que cambió la noche: Memorias de un noctámbulo en la Ciudad de México. Pero si esto incita a presenciarse, a reservar lugares, a llegar temprano y pedir la primera copa, cerveza , ron o lo que los ponga alegre, lo que no resulta atrayente es que así como en la historia del bullicio hay auténticas vedettes, también exista el vedetismo. Sí,,vedetismo o esa Inclinación desmesurada a destacar y ser centro de atención, para lo cual se intenta todo lo que esté a su alcance,no importa que signifique el ridículo, el protagonismo en exceso, la pérdida de dignidad ,si de conseguir reflectores se trata, no le hace que sea para mal, pero intentan esto, eso y todo, ambicionando la designación o el triunfo para algún puesto, para un cargo, para un equipo y tan solo por querer ofertarse como la divina garza envuelta en huevo aunque no sea ni la mínima parte de lo aparenta. Esto del vedetismo sucede en el deporte, y en los espacios estudiantiles; en los centros de investigación, en tal o cual oficio y en otros, entre artistas y no se diga entre las profesiones, en donde, siendo la nada, o siendo una inminencia, al fin y al cabo para el caso esto no importa, de pronto levitan sobre el espacio de su narcisista superioridad Es un comportamiento que nos debe preocupar a todos como sociedad. No quisiera imaginarme cuando esas actitudes contagien a la distinguida clase política que tenemos , pues sería lamentable verlos escenificar estos actos según ellos muy decorosos, pero que frente a los ojos de los demás, se ven patéticos. Uno allá, bailando como gorila , otro en aquel lado visitando a las familias de una colonia popular, comer chiles güeritos como si fuese un gesto patriótico y horas más adelante, pernoctar en una casa humilde o de interés social ,durmiendo en un catre, aunque a los días siguientes resultes positivo al dengue nomas por creer que el número de zancudos que le picaban, sería proporcional al resultado electoral que lograría. No, por favor, eso no. Que nada de esto pase, porque sería lo último y ahora sí nos estuviéramos acercando a la perdición sin más remedio.
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Por Miguel Ángel Alivés Para empezar a escribir, pido un permiso primero y así poderles decir a esos que les da por la prohibición, que no hay narcocorridos, tampoco narco series ni narco literatura. Lo sentimos mucho pero no lo hay. Entiéndanlo: no se trafica ni con corridos, ni con series, ni con libros, para que anden usando el prefijo narco. De ser así, ya me hubieran detenido en algún aeropuerto, una central camionera o en mi propia casa, mientras veo la televisión, al cargar en mi maleta unos ejemplares de tales o cuales autores, o al llevar la más reciente producción de corridos tumbados o bien pudieran haber allanando mi casa para detenerme en flagrancia, es decir con las manos en la masa, justo en los precisos momentos en que veía El patrón del Mal, El Cartel de Los Sapos o Rosarios Tijeras en su enésima temporada. En todo caso hay en el género del corrido o en la literatura o en las series, la decisión de abordar el tema del narco y a mi parecer, no son determinantes para considerar una relación causal entre todo esto y la conducta delincuencial o antisocial de alguna gente. Hay corridos que hablan sobre el narco o el narcotráfico para no caer en lo mismo y hay libros cuyo tema es este mismo asunto al que alguna vez nomás lo llamábamos contrabando, por más que del dinero y de Camelia, ya jamás se supo nada. Es decir, en caso de que, en su momento fuesen personajes de carne y hueso, a quienes salieron de San Isidro procedentes de Tijuana y que traían las llantas del carro, repletas de hierba mala, o sea, me refiero a Emilio Varela y a Camelia, La texana, o sea Doña Agustina Rodriguez, a ellos sí habrían de procesarlos por delitos contra la salud en la modalidad que corresponda, pero no vayan a querer abrirle una carpeta de investigación a Don Angel González, compositor de esta canción o acusar de asociación delictuosa a Los Tigres del Norte por interpretarla, o a uno y a otro por andar haciendo apología del delito. Que no sean hipócritas los que culpan a la existencia de esta música o estas series o estos libros como razón o causa de lo que está ocurriendo. Mucho menos es algo reciente como para pensar que estas expresiones musicales son la consecuencia del fenómeno que vivimos. Música sobre el narco o música con esa letra existe desde años y no vamos a culpar a estas por lo que hoy vivimos. Desde el corrido del Pablote, el primer corrido sobre el narco escrito en la víspera de los años treinta e interpretado aguardentosamente por el Charro Avitia, pasando por contrabando y traición , carga blanca y otras acaso solo tendríamos que cuestionarle, en algunos ejemplos actuales, su malísima calidad y listo. "Llegaron los policías/ cuando todo había pasado/Y entre un charco de sangre/ estaba Pablo tirado". Que se dejen de cosas . Ya les dije : ese gobernador MALOVA lo intentó y aparte de sus tonterías, nada lograron. Sí la influencia de esta música fuera en realidad el motivo de nuestras calamidades, yo ya hubiera muerto de cirrosis hepática pues escucho a José Alfredo Jiménez, a Cuco Sánchez y a Javier Solis desde que tengo uso de razón. También fuera uno de los más buscados luego de encumbrar como el gran capo de capos, por culpa de esos apologos Tigres del Norte que por tantas veces escuché bajo las frondosas matas de Almendra en el criminoso patio de mi casa. Esto no sirve para la prevención del delito, pero el Estado, por incapaz suele mantenerse de puras ocurrencias y a la vez, como no queriendo la cosa, de su intromisión. Bien lo dice el jurista y estudioso de la ciencia social, José Cuitláhuac Castro al opinar sobre el tema: "Precisamente la "libertad" es lo que está en juego. El único que debe decidir lo que escucha es el ciudadano, el Estado no puede suplantar el libre albedrío de los ciudadanos. Si acaso, pueden indirectamente incidir en elevar el nivel de educación y cultura de la población. Pero como eso es un reto con el que no pueden, por eso proponen el prohibicionismo". Pese a ello, es de ese escondrijo en el que se guarece la ocurrencia y la innovación de donde salen ideas tan modernas para acabar con el problema como esa ya referida que surgida en Sinaloa, decretó, mediante algunas reformas a la ley de alcoholes, la prohibición de escuchar corridos de mafiosos y contrabandistas como si la culpa fuera de los grandes de la música y no de los actores políticos que por años han ido llevando la seguridad de la gente al despeñadero, ahí donde hemos estado ayer y hoy m, pensando el que hacer, cada uno en su lugar de acción, antes de que tengamos que dar el último paso y caer al precipicio. Lo que sí hay que admitir es que esa tan brillante propuesta sinaloense es también mágico y trágico, mágico porque está convencido que el hecho de que no escuchemos corridos incidirá en nuestra moral y tornaremos al rumbo del bien; es trágico porque esta visión simplista de la complejidad social indica que el propósito del bien común que debe ser la política anda de capa caída en todo nuestro mexicano territorio. Porque, salvo que los prohibicionistas tengan un as bajo la manga, no hay hasta ahorita prueba científica que diga que las preferencias musicales sean determinantes para formar una mente criminal. Pero a lo mejor esta gente está convencida, influenciada por el propio realismo mágico que, por ejemplo, los personajes de los corridos que canta el Potro de Sinaloa, puedan cobrar vida y luego se echen a andar de cantina en cantina para sonsacar a cuanto jovencito se encuentren libando en los tugurios de esos lares. Pero puede que más bien haya en estos políticos cierto temor de verse proyectado en uno de esos corridos que interpreta este popular cantante como ese que se oye así: “Todo llegó sin problema a donde estaba planeado/ y aquel jefe de gobierno hoy se encuentra retirado/ en dos o tres meses tuvo/ lo que nunca había soñado”. Está muy claro: se resisten a entender que el espectro del crimen, desde Cesar Lombroso hasta nuestros días, tiene una explicación mucho más compleja, como para que algunos le hagan caso a estas ideas y algunos recorran todo el país en ridícula pero muy arbitraria caravana, en busca de peligrosas rocolas y discos para quemarlos en la hoguera o de ir a la caza de humildes grupos norteños y agarrarlos seguramente en flagrancia justo cuando estén interpretando la sonsacadora, apologética canción de “Chuy y Mauricio”. Si esta relación causa-efecto que propone la corriente malovista fuera verdadera, yo, por ejemplo, no estuviera aquí escribiendo esto, (lo cual ustedes agradecerían), ya que tal vez me estarían atendiendo en el mejor hospital de la localidad, de una avanzada cirrosis hepática como consecuencia de lo que les dije. A pesar de todo, les doy el beneficio de la duda, y como el tolerante que soy, me pongo a imaginar la preocupación de este representante de la vanguardista política criminal que impera en México y lo veo en su cuarto en penumbras, con un reloj cucú a un lado de una lámpara programado para sonar a las cinco de la mañana, un crucifijo en la pared, una mujer en bata color azul durmiendo a su lado pero de espaldas y él, inquieto, dando vueltas en la cama y justo cuando faltan dos horas para que suene el cucú, se levanta sobresaltado, porque le ha nacido la gran idea para acabar con la violencia: prohibir terminantemente que la plebe escuche mas corridos, porque es ahí donde radica el nacimiento de este flagelo del narcotráfico que sacude a México. Pero otra vez la realidad se impone y su lógica no me cuadra. Mis propias experiencias de niño son ejemplos en contra de su teoría, después de haber visto desde los seis años como mi madre desnucaba gallinas, descabezaba guajolotes y, con la asistencia de un tío, apuñalaban sin misericordia cada medio año al puerco en turno, de tal suerte que, si el razonamiento de esta propuesta tuviera sustento, mi madre en aquel entonces o yo en estos momentos fuera un peligroso militante de los Zetas. A pesar de su falacia, no ha impedido que tenga sus adeptos y apoyen su creencia. Uno de ellos, el experimentado criminólogo, Marco Antonio Solís “El Buky” hace unos años se puso la camiseta y, en tierras gabachas, declaró: “difundir narcocorridos es un asunto delicado pero creo que debe evitarse, porque contribuye realmente a la vulnerabilidad de la adolescencia, en esta época los chavos no están preparados para recibir este mensaje, no tienen criterio para discernir entre los bueno y lo malo: Mejor hablarles de amor y de cosas bellas…a mi no me da miedo tocar en México porque hay una paz que poca gente conoce, pero desgraciadamente, las imágenes de la paz casi no salen en la televisión”, concluiría el mejor intérprete de Casas de Cartón, como si esto del narcocorrido fue un asunto reciente cosa que me parece muy injusto para Los Tigres y no se diga para los autores del corrido del Pablote. Debo de precisar con este tema que si los prohibidistas están en lo cierto, yo seré el primero en hacerle un desagravio público, pero también el primer preocupado, porque si el gusto por una canción induce y puede provocar un mimetismo en la conducta de la persona, entonces en Los Pinos tuvimos un potencial parricida ya que el señor Calderón una y otra vez dijo, casi tomándola como himno, que su canción favorita (y la cantaba muy feo, por cierto) era el Hijo Desobediente y este corrido en su parte medular dice: “Quítese de aquí mi padre/que estoy más bravo que un león/no vaya a sacar la espada/y le atraviese el corazón. Ya en serio, compatriotas: antes de andar tras las letras de unos corridos y sus apólogos intérpretes , habría que ver en su integridad política, económica y social, al país en el que estamos viviendo: tan mágico, tan trágico, del cual sólo espero que no toquemos fondo en esto de la desfachatez y que un día ya próximo no vaya a salir un ilustre y de plano formule una iniciativa de ley para modificar el escudo nacional y el día de mañana, dios no lo quiera, veamos en esa emblemática figura, a un sicario arriba de un nopal, ejecutando a una serpiente…. Por Miguel Ángel Avilés
Usted seguramente se acuerda de él. Yo también. Era un personaje, entiendo que solitario, un tanto imaginario, mucho de verdad, pero muy efectivo para que nuestro papá o nuestra mamá lograran su objetivo amenazándonos con que nos llevaría aquel, si no hacíamos tal o cual cosa. Hablo en singular porque así lo trataban- " te va a llevar un " robachicos " " vas a ver, ahí viene el robachicos" pero nunca supe si se trataba de uno solo que recorría toda la República Mexicana para robarse niñ@s malcriados, pues nunca supe que se pudiera llevar a los que se portaban bien o era una banda muy grande tan bien organizada que había una representación o una delegación de roba chicos por estado o por cada entidad federativa o si entre ellos resultaban electos por el principio de mayoría relativa, por el principio de primera minoría o por la el principio de representación proporcional y luego hacer sus fechorías en el distrito que ganaran. Como fuera, lograda la intimidación de nuestros padres, nos quedábamos encerraditos en casa o si llegábamos a salir, lo hacíamos bien ariscos, con la paranoia de toparnos con él cien metros adelante o al doblar la esquina o al regresar de la escuela o al volver de la casa de un amiguito o del retiradito lugar al que no nos habían dado permiso de que fuéramos. Para mi fortuna, jamás fui víctima de ningún robachicos y tampoco recuerdo que se hubieran llevado a un amigo, amiga, vecina o vecino. Sin embargo, mientras eran peras o manzanas, y paniqueados por culpa del páter familia, nunca estuvo de más pegar el revire de vez en cuando, a fin de descartar toda sospecha o, llegado el caso, reaccionar de inmediato si alguien se acercaba con mala intención y darle en la cabeza con la mochila que pesaba como doce kilos o echarle un puño de tierra en los ojos o aventarle con el raspado de tamarindo que nos veníamos comiendo. No obstante, si bien los promotores de ese sujeto lo pintaban como lo más indeseable, nadie pudo darnos a conocer algún retrato hablado que nos ayudara a identificar a cualquiera que se pareciera a esos trazos, y por supuesto que ninguno sabía de don Cesarin Lombroso como para tener una referencia sobre los delincuentes natos, pero, de acuerdo al tono clasista de como los pintaban, estaba claro que no se parecían al entonces un galán Andrés García o a Ricardo Blume en Mundo de Juguetes, por tanto habría que sacarle la vuelta al que se pareciera al Charro Avitia, a Díaz Ordaz, al ex gober de Puebla Mario Marín, al Cavernario Galindo, a una tía mía o a Fernández Noroña recién levantado. Pero aunque todo sonaba a mera fantasía y pudiéramos suponer que tus padres y los míos, se mal viajaban echando mano de sus virtudes literarias, creando a esos personajes, esto no era mera ocurrencia ni recomendaciones en el aire ,pues ya para entonces, más de un niño o niña, había desaparecido en la colonia o en un abrir y cerrar de ojos ya no le tomaban de la mano al papá y desde ese instante se desconocía su paradero hasta ser encontrado por la policía o para siempre. Quiero decir que sus consejos no partían de un infundio o de una entelequia para poner en práctica su capacidad creativa. Si bien a menor escala, tanto en época como en región –hablo de los años setenta y de la capital sudcaliforniana – no se estaba exento de los robachicos, un término que, de acuerdo al libro sobre este tema escrito por la doctora Susana Sosenski, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, surgió a principios del siglo XX, en la época porfirista y es alrededor de 1900 cuando la prensa empieza a dar cuenta de esta palabra, la cual es un mexicanismo que también llega a otros países del continente americano. Según la autora, por esa época, se reportan desapariciones de niños en la Ciudad de México y se revela que están siendo secuestrados por traficantes de personas que los llevan a trabajar a las haciendas henequeneras en Yucatán. La prensa hablaba de alrededor de 400 infantes que eran metidos en camiones y en trenes para transportarlos hasta dicho lugar, acciones que eran del conocimiento de funcionarios del gobierno porfirista. Si bien era entendible la preocupación de mami y papi y su temor fundado de que alguien o algún escuadrón nos secuestrara y por tanto nos exhortaban a tener cuidado, ya en el terreno de lo social, por un lado se generó cierta exclusión de la infancia de las calles al considerarse que no era segura para esta sino nada más para los adultos y por otro, se crearon estigmas o estereotipos que pudieran considerarse racistas ya que al caracterizar a los miembros de estas bandas, sin tener la certeza de sus dichos, se hablaba de que eran hombres negros, indígenas, chinos e incluso se decía que eran gitanos, causando así una postura de linchamiento o animadversión en contra de quienes llenaran estos requisitos. Fue a mediados del siglo pasado cuando esta modalidad criminal ocupó más fuerte las páginas de los medios nacionales, cuando un niño de dos años y cuatro meses llamado Fernando Bohigas fue robado de su casa, ubicada en la calle Liverpool de la colonia Juárez de la Ciudad de México. Este caso causó revuelo a nivel nacional gracias a la cobertura mediática, además de informársele en forma directa al presidente Manuel Ávila Camacho y a la propia comitiva de la campaña del candidato presidencial Miguel Alemán Valdés. Al menor se le rescató, gracias a un trabajo de investigación impecable que ya quisiéramos que esto pasara en la actualidad y los responsables, una pareja de casados que no podían tener hijos, tuvieron que pagar su culpa , no quedando ahí esta noticia ya que con motivo de estos hechos se filmó la película Ya tengo a mi hijo. Esa peligrosa ánima o ese individuo con el que muchas veces nos pudieron asustar y sobre todo su configuración abstracta, impersonal, entre mito y realidad, también de cierta forma auspiciaba la ignominia del Estado y el tirarse a la hamaca en cuestiones de prevenir y erradicar estos delitos pues entre que no asumía su responsabilidad de perseguirlos en serio, tampoco reconocía que en la planeación y en la comisión de los mismos, los cuerpos policiacos confabulaban junto con la otra delincuencia para que el robo de infantes o el secuestro creciera, goloso, alimentado por la impunidad. El para qué o con que fines se lleva a cabo este delito, creo que ahora son mas las razones y si antes lo era para pedir rescate o para venderlos o ponerlos a trabajar en campos agrícolas, ahora tenemos que sumar al narcotráfico, la adopción ilegal, la prostitución infantil, la trata de blancas, la pornografía infantil, el reclutamiento en el crimen organizado y más, con el lamentable ingrediente de que la cifra ha aumentado y la franja por edad ni se diga, salvo que se quiera culpar de dramatismo a las redes sociales en las cuáles, a diario, podemos ver los anuncios de búsqueda o de levantamiento de la alerta ámber ya no solo de niños y niñas, sino de adolescentes y mayores de edad no sin noticias informando que la víctima fue encontrada muerta. Es una realidad alarmante que ha estado en constante aumento, generando preocupación tanto en lo nacional como internacional y las cifras muestran una tendencia que no vale ya procrastinar sino que tiene que abordarse de manera urgente. Según los propios datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública hasta agosto de 2023, se han reportado 52 casos de secuestros de menores en el país. Estas cifras son amenazadoras, ya que constituyen un aumento significativo en comparación con años anteriores de acuerdo a la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM). En particular, los cuatro delitos contra niñas, niños y adolescentes que han incrementado en el país entre 2022 y 2023 (cifras de enero a agosto de cada año) es la extorsión (de 189 a 197, un incremento de 4.2%),lesiones (de 11,383 a 13,330: un incremento de 17.1%), secuestro (de 35 a 52: un incremento de 48.6%) y tráfico de “menores” (de 3 a 4). Esto no únicamente representa una amenaza grave para la seguridad y el bienestar de la juventud mexicana, sino que también tiene un impacto profundo en sus familias y comunidades. Es fundamental que las autoridades tomen medidas efectivas para prevenir y abordar esta problemática de manera decidida. No olvidemos que el Estado mexicano, sea cualquiera el sexenio o sean cualesquiera las cifras partidistas que gobiernan, tiene la responsabilidad de garantizar la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, de acuerdo con los compromisos internacionales asumidos, como la Convención de los Derechos del Niño. Esta convención establece claramente que se deben tomar todas las medidas necesarias para prevenir “el secuestro, la venta o la trata de niños para cualquier fin o en cualquier forma”. Además, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece que las autoridades deben colaborar en la localización de menores que hayan sido sustraídos, trasladados o retenidos ilegalmente. Por leyes no quedamos y por discursos de buena voluntad tampoco. Pero el tema es tan grave, que ya no podemos dejarlo en manos de una sola persona, o de la confianza en una estampita o de la indiferencia o de un inútil aguacero de esperanza. Por Miguel Ángel Avilés
Así solíamos gritarle desde el graderío al hombre de negro que nosotros, a favor del otro equipo y lo llenábamos de insultos, desahogando así nuestra frustración, luego de ir perdiendo cuatro o cinco goles a uno. El rival era notoriamente mejor y lo habían dejado muy claro desde el principio, cuando a los cinco minutos habían metido un golazo que hasta nosotros aplaudimos. Pero eso no era posible decirlo en público ya que nos quedaríamos sin arma a la hora de ir a las instancias de impugnación de la liga para decir que aquello había sido un robo y que ese triunfo conseguido a la buena, debería de anularse o de lo contrario, el siguiente partido jugaríamos bajo protesta o cerraríamos la calle más transitada de la ciudad. Las cosas les habían salido mal y el central qué culpa tenía, él simplemente era el encargado de aplicar las reglas en un partido, dar constancia de lo sucedido en el mismo y cronometrar la duración del encuentro. Sus deberes y obligaciones están descritos en las Reglas del Juego, precisamente en la regla 5, desarrolladas y monitoreadas por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) —el organismo mundial que rige a las asociaciones miembro de este deporte— y la International Football Association Board . Esto no significa que puede haber un nazareno mal intencionado, no siempre depende de él para que uno gane y el otro pierda, nomás que a la hora que no puedes con el reto, y no eres capaz de aceptar que la realidad te pasó por encima, entonces lo fácil es apuntar hacia un tercero y culparlo de todo. " Fue el ruco " " Los otros jugaban peor" " Porque no decías nada cuando goleaban a otros" ' ..Y se los puedo probar " No siempre, dije. Pero aguanten, ahorita les cuento por qué lo dije. No me distraigan. Estoy hablando primero de los que, por sobre todas las cosas, jamás reconocerán que el árbitro nada, pero nada tuvo que ver para que en esos noventa minutos los adversarios - asi dicen hoy - les pegaran un baile y se alzaran con la corona. A fuerza de ser honestos, tendrían que admitir que las cosas no salieron como las planearon, que unos le echaron los kilos, pero otros no, que mientras la mayoría se entregó, el líder del equipo se tiró a la hamaca, como una diva y se dispuso a esperar el triunfo a mitad de la cancha. Es decir, si analizan a conciencia la repetición, se verá que el árbitro sí cometió pifias y se quedó dos tres veces lejos de la jugada, pero esto no trascendió en el resultado del juego. Aunque no las hubiera cometido, de todas maneras, pierden así, con esa contundencia. Si analizara así, insisto, pero difícilmente sucede. Tantos años consolidando un prestigio, para que al final no salgan las cuentas, eso sí debe de ser frustrante, lo cual se traduce en mucha ira que habrá de ser proyectada contra quien sea y que le diga que la derrota es hija de los errores propios y de nadie más y que debe de aceptar como machito lo que venga ya que de no hacerlo, aquella lucha será desmeritada, desgastando a todo el equipo, y no se llegará a nada. Ahora bien, yo puedo hablar de este caso aislado e irrepetible, pero si ellos no tuvieron razón o, más bien, fueron usados por la directiva o su líder ya llegará la forma de cobrárselo. Es que no se vale andar culpando a otro de los sucedió o no sucedió debido a nosotros, pues de lo contrario se pensará que el trabajo de un árbitro es un asalto en despoblado cuando no se gana, y será un ente maravilloso cuando se triunfe. Es decir, no se vale si lo que acusas es una nimiedad o carece de evidencia alguna para acreditarlo y al no lograrlo, te frustras y no buscas a quien te la hizo sino quien te la pague. La cosa es distinta si antes de darte a la tarea de acusar, primero buscas tener los pelos de la burra en la mano. Eso puede llevarnos años o de un momento a otro, pero conseguido el material probatorio irrefutable, nada ni nadie podrá decirle que no o nadie podrá negar defensiva o cínicamente lo que le imputa. Por eso les decía arriba, "no siempre" y es que estaba dejando para el final, la otra cara de la moneda, que, para tristeza de muchos de sus seguidores, está a cargo del Barcelona, sí, el gran equipo español que, de verse disputando un partido en el estadio, de tiempo para acá, enfrenta un rudo juego en una cancha judicial. Resulta que un juez español, Joaquín Aguirre, acusó al club y a dos de sus expresidentes de soborno por realizar alrededor de EUR 7,3 millones en pagos a uno de los más importantes árbitros del país. Ya incluso la Policía española allanó las oficinas de la federación española de fútbol para encontrar más pruebas relacionadas con los pagos a José María Enríquez Negreira Por eso ya se identifica a este problema como el caso Negreira. Tenemos que de 1993 a 2018, Negreira fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros de España, que forma parte de la Federación Española de Fútbol. El Barça está acusado de sobornar al jefe del órgano arbitral entre 2001 y 2018. El mencionado juez dijo que es lógico suponer que los pagos que el Barça hizo a Negreira "produjeron los efectos arbitrales deseados por el F.C. Barcelona, de tal suerte que debió haber desigualdad en el trato a otros equipos y la consiguiente corrupción sistémica en el arbitraje español en su conjunto". ¡Bóitelas! Así las cosas, señores y señoras, el Barcelona, fue acusado de presunto soborno por pagos, valorados en más de 7 millones de euros (7,3 millones de dólares), a empresas propiedad del ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, quien ha Anteriormente fue árbitro en la primera división española. Y ahorita no les podré contar en que ha quedado todo, eso les corresponde averiguarlo a ustedes, pero aquí no bastó que el acusado se limitara a negar todo y listo. No, el señalamiento era muy delicado y como tal se tomó y enseguida se pusieron a buscar lo que hubiera de pruebas y sancionar en su momento a quien sea responsable. En ambos ejemplos bien valía el grito de "¡Arbitro vendido!" Pero en uno era en sentido figurado o imaginario. En el segundo caso, todo indica, si es literal. ¡Arbitro vendido! Por Miguel Ángel Avilés
Si la sanción ya de por sí es polémica, los métodos utilizados para ejecutarla, son peores. Después de usar la inyección letal en el 89% de las ejecuciones desde 1977, ahora es la “hipoxia de nitrógeno”, un método polémico y cuestionado, la que se utilizó el jueves pasado por primera vez en la historia de Estados Unidos, para quitarle la vida a quien llevó por nombre Kenneth Eugene Smith, un condenado a muerte desde 1989 por cometer un asesinato a sueldo en Alabama. De acuerdo a los reportes oficiales, Smith y otra persona, llamada John Forrest Parker, fueron hallados culpables de haber apuñalado y causado la muerte de Sennet después de que el esposo de ella, Charles Sennet, un predicador, les pagara por cometer el crimen. Resalto el dato porque si bien no comulgo con el tipo de pena, tampoco significa que aplauda estos hechos y sin realmente eran culpables, entonces no ganó la impunidad. De esa forma Eugene Smith, por cierto, homónimo de quien fuera un destacado reportero fotográfico estadounidense, inhaló nitrógeno hasta quedarse sin oxígeno y luego morir. Yo no sé cómo llamar a estos modernos verdugos, si obstinados, pertinaces, tercos, sádicos, crueles o perseverantes ya que de este día en que por fin cumplieron su bíblica misión, Kenneth Eugene Smith, hacia atrás, ya le entendía a eso de caminar hacia su muerte y entrar a una cámara de ejecuciones. Es que, en noviembre de 2022, todito estaba previsto para que recibiera una inyección letal, pero los "hombres" de capucha de un centro penitenciario en Alabama no lograron acabar con su vida al fracasar los repetidos intentos de insertarle una vía intravenosa. Es decir, palparon y palparon y nada que se visualizaba la vena. Realizaron un masaje y otro y otro en dirección al flujo sanguíneo y Tampoco. Le pidieron al condenado que cooperara abriendo y cerrando la mano y también fracasaron. Buscaron otra vena en la misma extremidad y en otra y todo fue inútil o todos fueron inútiles, que no es lo mismo, pero no consiguieron su propósito. Hagan de cuenta que les corresponde tirar un penalty, con el portero amarrado a uno de los postes y lo fallan echando el balón para donde a nadie le importa. Lo vuelven a intentar - el portero se durmió a un costado de la portería- y mandan el balón a las gradas. Lo tiran una y otra vez y nada un fantasma recorre Europa de la prisión: el del Chino Huerta. Sí, el de Smith fue uno de los tres intentos fallidos de inyección letal desde 2018 en Estados Unidos en los que los condenados sobrevivieron. Resulta que el procedimiento debió ser suspendido después de que sus administradores enfrentaron problemas para encontrar una vena y colocar la vía. Eran como las 11:20 p.m. y la ejecución de Smith fue cancelada "debido a las limitaciones de tiempo resultantes de la tardanza de los procedimientos judiciales". Eso dijo el departamento penitenciario en un comunicado, añadiendo que los protocolos necesarios para llevar a cabo la ejecución "no pudieron realizarse antes de que expirara la sentencia de muerte". A mi parecer debió de ser cancelada para siempre. El no tuvo la culpa que la ejecución de la pena fallara y pensando en voz alta, no sé si esta acción, merecía una discusión jurídica sobre el asunto de ejecución de penas. Esta semana lo intentaron con la hipoxia de nitrógeno y por fin le dieron al clavo. De seguro les vino el alma al cuerpo al sentir que el estado no había vuelto a fallar y la pena estaba cumplida. Pienso en lo que hubiera pasado si, así como la inyección letal, el controvertido y mentado nitrógeno también les falla. Sedientos de muerte, estos ejecutores de cuarta recurren a picota en tonel, al toro de Falaris, al aplastapulgares, al potro, a la cuna de Judas, a la doncella de hierro, a la salsa de las pizzerías mexicanas, a mil audios de los discursos de Trum o de cualquier otro desquiciado entre sus pares , hasta que este pobre hombre se quedara dormido para siempre y los del jurado, todos felices y contentos. El fusilamiento, salvo la mejor opinión de Torri,no creo que hubiera sido buena idea. El estado es moderno tiene un pensamiento humanista y eso de disparar a mansalva en contra de una persona con los ojos vendados que no los puede ver ,solo ocurre en los países tercermundistas, muy proclives a la barbarie. Además siempre me ha parecido de muy mal gusto eso de llevarlos a cabo en la madrugada como si de la hora dependiera su efectividad. Es el colmo. Porque si ya lo fusilarán, al menos denle todo ese día y programen su gran aporte en persuadir conductas delictivas, en la noche, diez, once p.m., por sugerir algo más racional y sensato. En México, ya ven, nunca dio resultado, acaso nomas apagaba reclamos populares ,en coyunturas a la alza en delitos de alto impacto, como sucedió en junio de 1957 en Hermosillo, última ejecución en el estado, la penúltima en el país, cuando le pusieron fin a la vida de Zamarripa y a Corrales, más o menos como lo reconstruimos, por si les interesa buscar en Google, en esa crónica llamada Tres Modos de Morir y Una Misma Historia, que incluye una entrevista con el juez ejecutor, Alberto Ríos Bermúdez. Tanto en Sonora como en otros estados derogaron los artículos que contenían esa pena y fue hasta el 9 de diciembre de 2005, durante el sexenio foxista que fue abolida y borrada de la constitución. Esto dijo el de Guanajuato: "Este día quedará grabado en la historia nacional como aquel en el que México se unió a los países que tienen en el respeto al derecho a la vida, uno de sus más altos derechos, la pena de muerte es contra los derechos humanos, por eso el gobierno ha hecho una defensa firme de los mexicanos sentenciados a muerte en otros países". Para alcanzar esto, tuvieron que pasar años y años y años, si consideramos que los antecedentes históricos de la pena de muerte en México se remontan a las culturas precolombinas, como la azteca y la maya, en las que se aplicaba para múltiples delitos: embriaguez, ofensas a los padres, adulterio, incesto, robos, prácticas homosexuales y homicidio, entre otros, segun rezan las notas al respecto. Ya se ha dicho mucho y resumo con esta cita que plagio: "la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante. La pena de muerte se aplica de forma discriminatoria. Se usa con frecuencia contra las personas más vulnerables de la sociedad, incluidas las minorías étnicas y religiosas, los pobres, y las personas con discapacidad psíquica". Es correcto y lo suscribo. Desde la inquisición, antes y después, hasta llegar al pasado jueves de la asfixia con nitrógeno, todo será inútil y los objetivos que con ella se pretenden, jamás se lograrán. Bueno, uno de estos sí: Eugene Smith, como Zamarripa y Corrales y tantos más ejecutados, nunca de los nunca, volverán a delinquir. ¡Bravo!: esta pena sí que es infalible. |
Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
September 2024
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