Por Miguel Ángel Avilés
A pesar de los hechos violentos que México registra, ascendentemente, desde hace muchos años, estoy seguro que, un día ,habrá de ser uno de los países más tranquilos del mundo. Por nuestras autoridades no ha quedado y desde tiempos inmemoriales, han puesto todo de su parte, con tal de que los malos no sean más que los buenos y que todo aquel que cometa un delito de alto impacto, sea de la delincuencia común o del crimen organizado, reciba su merecido, sin excepción alguna o ponga pies en polvorosa para no volverse a ver jamás. Me dirán ustedes que tienen otros datos y que la realidad me desmiente con todos sus dientes, pero, dispuesto a defender la causa si es el prestigio de mi patria y del Estado lo que está en juego, les respondo que su apreciación es muy catastrófica, acaso nomás para obstaculizar, con sus piedritas en el camino, las mejores intenciones de quienes nos han gobernado de la Revolución a la fecha y que si les ha tocado ver aquí o allá una noticia donde la sangre otra vez está corriendo, son meros prietitos en el arroz, sucesos aislados que no pintan ni son representativas de una realidad que vuela, de prisa, para regresarnos la calma y el sosiego. Es cierto: en aquella ciudad ejecutaron a cinco, en esa otra acabaron con toda una familia, en ese bar mataron a cuatro, en esa del norte, al azar, mataron a catorce y en un Estado del sureste ejecutaron a no sé cuántos. También es verdad que en los primeros minutos de este viernes un hombre y una mujer sin vida fueron dejados en el acceso principal de la colonia fulana de tal, misma que se encuentra a la altura de la vialidad de Tránsito Pesado; ambos cuerpos estaban decapitados y desmembrados. Igual no niego que un enfrentamiento entre policías y presuntos criminales ocurrido este miércoles en el estado mexicano de Guanajuato, centro del país, dejó como saldo seis muertos, entre ellos, un agente de la policía. Tampoco desmiento que "la incidencia de homicidios dolosos en México se multiplicó 2.5 veces en cinco sexenios, al pasar de 14 mil 493 en 1990 a 36 mil 685 en 2018". Así lo revela un reporte del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados y, con base en cifras del Inegi, detalla que la entidad con mayor número de casos en esos 29 años fue el Estado de México, con 72 mil 748, seguida de Chihuahua, con 42 mil 166; Guerrero, con 35 mil 148; Ciudad de México, con 31 mil 983, y Michoacán, con 27 mil 617. En contraste, el menor volumen de muertes por homicidio se registró en Aguascalientes, con mil 252; Yucatán, con mil 474; Tlaxcala, con mil 907, y Campeche, con mil 940. Sí, sí y sí. Afirmativo, pareja, y nos quedamos muy por debajo de información reciente. Pero eso no significa que no se esté haciendo nada, según lo podemos ver en cada plan nacional de desarrollo, en cada ley de ingresos, en cada operativo, en cada programa, en cada entrega de patrullas, armas y cartuchos como si fuésemos a pelear contra un ejército invasor, y en cada despliegue de las honorables fuerzas del orden que, al sonoro rugir del cañón, trotan sus botas, incansables, de Mérida hasta ensenada para que no nos pase nada. Han de creer que nuestros H. Gobernantes no saben ni están conscientes de que , de acuerdo al artículo 21 constitucional, la seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social, de conformidad con lo previsto en esta Constitución y las leyes en la materia. Que la seguridad pública comprende la prevención, investigación y persecución de los delitos, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución. ¡Claro que lo saben, maledicentes! pero les gana la desesperación o la impaciencia y, considerando a toda estrategia como auténticas improvisaciones no dejan que empecemos a ver los resultados de los grandes esfuerzos que los próceres nacionales, han hecho pensando en nosotros. Es cuestión de esperar, pero quieren que sea ya, como si Roma, o los hoteles de la Colonia Roma, se hubieran hecho en un día. No, esto es pian pianito. Tienen razón de nuevo, al ver el anunció donde al menos 12 policías estatales participaron en la masacre del pasado 24 de enero en el que fueron asesinadas 19 personas, en Camargo, la mayoría de ellas migrantes guatemaltecos; o que cuatro policías detenidos por feminicidio de migrante salvadoreña en Tulum. Si. Y también detienen a 6 policías de Sayula por desaparición forzada de un hombre o sentencian en una corte de Nueva York a 20 años de prisión, a un exprocurador, por usar el poder de su oficina para ayudar a un cártel de drogas a cambio de sobornos. También. Pero eso no demuestra nada. La propia criminóloga Celia Cruz, alguna vez escandalizaba al pueblo bueno y sabio que Songo le dio a Borondongo y que Borondongo le dio a Bernabé y que Bernabé le pego a muchilanga, le echó a burundanga y les hincharon los pies y, sin embargo, cuando menos esperamos pudimos salir de esa. Porque bien sabemos que cuando más obscuro está, es porque ya no tarda en amanecer. Cuestión de esperar, nada más. No hay que dejarnos influenciar por la prensa amarillista, incapaz de destacar con una imagen, un testimonio, un reportaje, lo bonito que está quedando todo y solo le da por aguar las fiestas y desmeritar todo lo ganado. Allá ellos. Yo, con un optimismo que me envidiaría el mismo Rene Casados, sonreiré porque es indudable que la fuerza moral estará conmigo y mi corazón me dice que estamos a un tris en donde la maldad será la excepción y la rectitud la consecuente regla. Como por arte de mafia, volveremos a caminar por las avenidas como Pedro por su casa; recorreremos Matamoros, Fresnillo, Cajeme, Uruapan, Celaya, Tepito, Veracruz , Tláhuac como andar por las calles del Vaticano, Copenhague, Tokio, o los Campos Elíseos. Los cárteles arriarán bandera y , suplicantes , los tendremos comiendo de nuestra mano. Habrá desabasto de Valeriana porque el hampa , acorralada, deseará conciliar el sueño . Un malhechor y un policía volverán a ser antónimos. Las Narcotienditas serán un mal recuerdo . Los picaderos se convertirán en verdaderos templos para retiros espirituales y los corridos sobre traficantes serán desplazados por música litúrgica y secular de Occidente o los éxitos de Tatiana y de Cri Cri. Esto no parecerá esto. No habrá más desgracia , ni terror ni miedo. Renaceremos de las cenizas y actuaremos dubitativos, como solicitando que nos pellizque para dar por descontado que no estamos soñando Es más: será tanta la estabilidad y la ausencia de riesgo que un día , hartos de tanta serenidad, se creará, sin demora, el Instituto para devolverle al pueblo lo malvado.
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Por Miguel Ángel Avilés
Uno está aprendiendo siempre. Aprendemos sobre una palabra, una ciudad, un error, una decepción, una ciudad, un día horrendo o una noche maravillosa. Porque somos el momento. Aprendemos de nuestros padres, del maestro o la maestra que te tocó en el primer grado de primaria, del amigo o amiga, de ese niño, de aquella joven, de ese hombre que yace durmiendo la mona atravesado en esa banqueta porque hasta ahí llegó. No nos damos cuenta porque solemos etiquetar a las personas y creemos que uno si nos dejan algo en cuestión de aprendizaje y otros no. Pensamos, además, que lo único aprendible es lo que, según nuestra visión del mundo, nos deja algo bueno, pero vaya usted a saber qué diablos significa eso. Lo malo, en cambio, hay que hacerlo a un lado porque no nos enseña nada y, luego de darle vuelta a la página, hay que seguir buscando vivencias ejemplares, para admirarnos, con los ojos llorosos y las manos en la cara y aprender de ellas. Siempre estamos esperando, sin ver que todo está en el presente y hay que vivirlo. Hay sucesos predecibles, es verdad, pero otros llegan, como de pronto, así, nada de avisos o un memorandum de dios o el destino o lo que sea, para que estemos a la expectativa y podamos recibirlos con fervor o con una barricada, un portento o con una valla de granaderos para contener el ramalazo y ni modo, ya están aquí y lo que sigue es aguantar el temporal. Es decir, querramos o no, la vida y sus contrastes, está ahora, no el día que querramos, o el otro mes o al año siguiente, previo listado de planes que, la mayoría de las veces, nunca cumplimos. Yo vivo, tú vives, él vive, vosotros vivís y la recompensa es la mismísima vida y sus aprendizajes. Claro, al decirles que eso implica también ser anfitrión de las desdichas, no significa que seamos masoquistas, físicos o emocionales y que vibremos de placer al recibir un elotazo en la cabeza o porque nos resbalamos en el baño con un pedacito de jabón y caímos de coxis o porque nos arrebató un perro y nos mordió un tobillo . No. Para nada. Pero llega a suceder y no es necesariamente el presagio que anuncia nuestro final. Eso lo sabemos más adelante, cuando esa racha de infortunios termina y que seguimos vivos, en el mismo lugar y con la misma gente. Dicho de otro modo: aprendimos que somos resilientes y que podemos aguantar eso y más. Aprendimos, también, que la clave está en coger al presente por los cuernos, enfrentándolo, a cambio de no prolongar la incertidumbre y de esa manera salir en hombros no si antes haber cortado las dos orejas y el rabo. Eso derrumba la equivocada teoría que refería al inicio y que se aferra a pensar que lo único aprendible es lo que, según nuestra visión del mundo, nos deja algo bueno, y lo malo, en cambio, hay que hacerlo a un lado porque no nos enseña nada. Ese credo o procesión, tiene una fuerte carga moralista o prejuiciosa. Aparte, es un tanto discriminatoria y, si me apuran, diré, para rematar, que es hipócrita. Sí, porque nadie puede autocertificarse para ser el vigía del comportamiento del otro, decretando que es lo bueno, que es lo malo, y proscribirle al resto de la sociedad, del grupo, de la familia, de la comunidad o del país, que venere una cosa y reproche otra. Eso nos paraliza o nos activa ,si es que carecemos de un libre pensamiento y de una voz propia, con los cual se castra nuestro albedrío y estamos a expensas de un ventrílocuo social que habla por el resto desde él, para él, con las creencias de él y al ritmo de él. No estamos en el hoy, sino en lo que mañana, temprano, él diga. Mientras tanto hay que esperar, no vaya a ser que, por "adelantadito" solo vea y aprenda cosas "malas". Entonces nos paralizamos y no cosechamos el día, en el sentido de aprovechar el tiempo y no malgastarlo. Porque estamos distraídos, pensándola mucho, y deshojando una margarita para saber, por fin, es cierto que, con música, la luna se desvela y al sol se le hace tarde pa’ salir. Camina siempre por la vida como si tuvieses algo nuevo que aprender y lo harás, dijo Vernon Howard y me cae que este filósofo tenía harta razón . Ven: ya aprendí otra cosa. Así es esto. Somos el presente si es queremos. Pero hay que aprenderlo y aprehenderlo. Por cierto: recuerdo cuando escuché por vez primera, la palabra procrastinar. Se la escuché a mi amiga Bertha Llanes que, ahora me acuerdo, hace unos días cumplió años y no la felicité. Aquí lo hago. ¿Qué es procrastinar? le pregunté… pero sobre ella y lo que me respondió, en otra ocasión les cuento. Recuerden y apréndanselo: el secreto de la felicidad es "Sólo por hoy" y "un día a la vez". Si me entendieron, brindemos por ello y que se nos alegre ese corazón. ¡Salud! Por Miguel Ángel Avilés
En este México tan convulso, nadie pudiera decir, públicamente que está a favor de la corrupción. Eso sí: unos lo harían, convencidamente, pero otros, solo de dientes para afuera. Porque es cierto: en este país y tantos otros, eso de hacer trampa para conseguir algo o quedarte para sí y tu enriquecimiento propio, es práctica común y todos hacen o como que hacen algo para desterrar estas prácticas, a fin de que ya no haya mañosos y si los hay, que se le procese y reciba su merecido. Es lo que quieren todos, pero repito: unos convencidamente, pero otros, solo de dientes para afuera. No tengo idea cuando se vaya a terminar esto. Hay leyes y hay delitos al respecto. Hay discursos y hasta planes nacionales de desarrollo que, por encima de todo, ponen el combate a la corrupción como una prioridad. Qué padre. Very good. Nomás que más tarde que nunca, nos enteramos que eso no se quiere tanto como se dice y cuando menos se espera, no falta el periodista incómodo que, con un reportaje incontrovertible, saca a flote a ese que ayer decía que todo iba a cambiar y que la corrupción era nomas un mal sueño, una cosa del pasado, un prietote en el arroz de quienes nos antecedieron pero, afortunadamente, ya nada de eso volverá, porque no somos iguales, dice la gente. En su intento por agarrar el toro por los cuernos no hacen más que descobijarse a sí mismos y poner en evidencia que durante todos estos años se ha tenido muy poca voluntad para combatirla o se combate, selectivamente, y esto se convierte en la nada frente al propósito de fomentarla. Pero México es una gran puesta en escena y una representación infinita de simulaciones. Por eso creo que llegó la hora de guardar las máscaras y como se hace con los caminos alternos, para sacarles la vuelta a las carreteras de cuotas, hay que mostrarnos al mundo tal cual somos en eso de administrar la cosa público y en eso de apostarle nada más al interés personal, pasando por encima de quien se tenga que pasar, aunque en una reunión de amigos, en una asamblea donde hay que ser políticamente correctos o en la misa de domingo, nos vendamos como los paladines de la rectitud y la personificación de la honorabilidad. Mientras hacemos conciencia plena de que hay que transformar a este país, a diario, gracias a la suma de auténtica ciudadanía, llamemos a las cosas por su nombre y reconozcamos esos enjuagues tan comunes que prevalecen en esa negociación con proveedores, o en los resultados de esa auditoría o en el manejo de tal o cual presupuesto o en las preferencias que se tuvo para favorecer al allegado en esa licitación que traía dados cargados. Si aún falta mucho para alcanzar ese perfil de habitante que, en su ejercicio profesional, en el trabajo, en la familia, la honestidad sea una costumbre y una práctica ordinaria sin que nadie nos obligue o sin que lo llevemos a cabo nada más porque un dirigente nos mandata y nos reducimos al papel de súbditos que obedecemos, pues entonces visibilicemos lo ilegal y seamos un ejemplo mundial de sinceridad o de cinismo hasta que en verdad estemos dispuestos a cambiar. Por lo pronto se pudieran renombrar algunas secretarias y en lugar de la Secretaria de la función Pública, por mencionar cualquiera, pudiera surgir la Secretaría de la malversación Nacional, la cual se encargará de supervisar de que ningún trabajador de nivel medio para arriba, que labore para cualquier nivel de gobierno, se quede sin agarrar para sí o su familia un buen porcentaje de ese dinero o bienes que administra. También pudiera crearse la Secretaría de Fomento y Apología de Delitos Contra la Administración de Justicia, cometidos por servidores públicos quienes podrán capacitarse o recibir estímulos al desempeño, en tanto sean capaces de conocer de negocios para los cuales tengan impedimento legal o abstenerse de conocer de los que les corresponda, sin tener impedimento legal para ello; Los mismos beneficios pueden ser para aquellos que consigan desempeñar algún otro empleo oficial o un puesto o cargo particular que la ley les prohíba; o Litigar por sí o por interpósita persona, cuando la ley les prohíba el ejercicio de su profesión o no cumplir una disposición que legalmente se les comunique por su superior competente, sin causa fundada para ello; en fin. Los titulares de cada dependencia, tendrán que exhibir, como requisitos esenciales al aceptar su mandato, una carta de si antecedentes penales, donde hubiesen sido condenados por delitos intencionales que merecieron pena corporal o, al menos que, derivado de un procedimiento administrativo, hayan sido sancionados con un apercibimiento, amonestación, suspensión, destitución del puesto, sanción económica, o Inhabilitación. Por supuesto que habrá de crearse , el Sistema Nacional Procorrupción de México, y se considerará como una instancia descentralizada que coordina a las autoridades gubernamentales a nivel federal, estatal y municipal para fomentar, auspiciar y estipular la corrupción en el país, tanto la corrupción política como la pública y la policial. Estará compuesto por siete organismos independientes e interconectados, sus funciones incluyen: diseñar políticas procorrupción, dar seguimiento a reportes ciudadanos y sancionar a cualquiera que delate un acto de corrupción, investigar y sancionar a quien denuncie delitos de corrupción, y evitar transparentar la información de los funcionarios públicos y del gasto público en los Estados Unidos Mexicanos. El marco normativo habrá de sufrir algunas reformas para dar paso a la Ley General de No Acceso a la Información Pública, Ley General del Sistema Nacional Procorrupción, Ley General de Irresponsabilidades Administrativas, Ley Orgánica del Tribunal Federal de Injusticia Administrativa, Ley de No Fiscalización Ni Rendición de Cuentas de la Federación. Así, poco a poco, las cosas irán tomando su cauce y nos pondrán en la justa realidad en la que vivimos. Puede, por ejemplo, que tengamos que echar al olvido la Medalla Belisario Domínguez, esa Máxima Condecoración que el Senado de México otorga a los ciudadanos más eminentes, para honrar la memoria de tan ilustre Chiapaneco que, por su oposición a la dictadura de Victoriano Huerta y sus abiertas críticas en la tribuna del Senado, fue asesinado el 7 de octubre de 1913. Para llenar este vacío puede aprobarse el otorgamiento de la presea Miguel Nassar Haro para reivindicar la memoria del antiguo titular de la antigua Dirección Federal de Seguridad , considerado como uno de los más odiados y sanguinarios policías en la historia de México, o el premio Mario Villanueva Madrid con el fin de mantener viva la llama del recuerdo sobre gobernadores que han ido a prisión por malamañas. Pasado algunos años, sugiero convocar a una gran concentración en el zócalo capitalino e izar la bandera a toda asta en honor a los artífices del fraude del 88, al compás del Himno Nacional, o al Ritmo de Por Eso Estamos Como Estamos de los legendarios Apson. Por Miguel Ángel Avilés
Una de las grandes reformas electorales que se debieran hacer en México, es la prohibición de los debates entre los candidatos o candidatas y, a cambio de ello, se debiera organizar un ejercicio de autocrítica de cada uno de los participantes en los días previos a la contienda final. A lo mejor no es lo más democrático(a lo mejor sí) pero a mí me parece que sería mucho más interesante que cada uno hablara de sí mismo y se hiciera pedazos él sólo sin esperar a que, en la primera oportunidad, lo hagan sus rivales. Para efectos de las preferencias entre los votantes , se pudiera tomar en cuenta su sinceridad y lo reprobable que sean los trapitos al sol que cada uno se saque. Los niveles de preferencia de la gente se pudieran medir, preguntándole a esta quien de todos los candidatos les pareció que no dejó ningún muertito en el ropero y que escupió todo lo que tenía guardado en su conciencia. Es que en la actualidad, esa parte de la autocrítica se olvida por completo cada vez que hay un debate y no se diga durante el tiempo que dura la campaña. El que acusa(al otro, desde luego) siempre lo hace desde el púlpito de su honorabilidad, mientras que él y solo él es la gran opción y sus oponentes representan la peor calaña. Ninguno se queda atrás: todos hacen esto mutuamente, de tal suerte que si las acusaciones que realiza un rival a otro son falsas (porque sucede que el vituperado siempre lo niega), entonces aquellos es nada más un intercambio de calumnias y los que están frente a nosotros, en la pantalla de la televisión, son, sin excepción, unos inmaculados y si es así, por el amor de dios, hagan un ajuste a esa ley y denos la dicha de votar por todos. Pero si esas acusaciones que se endilgan entre sí son fundadas, entonces cierren las puertas y que nadie salga, en tanto que alguien les habla a la policía para que vengan por ellos y se los lleven arrestados. Pero se me hace que esto nunca pasará. Actualmente los debates tienen un formato para que impere el orden, para que haya un sano intercambio de opiniones, para que los candidatos habrán su fuente inagotable de ideas y aquello sea un encerrona de altura. Pero nadie lo respeta. En cuanto se medio presentan y el moderador les indica el tiempo con el que cuentan para disertar como los grandes estadistas, todos empiezan a sacar tarjetitas, los buenos modales se olvidan, vienen los descontones de taberna, comienzan a resaltarse las virtudes propias, tienen una solución a cada problema y ,una vez hecho lo anterior, se van sobre el contrincante y lo acusan de maldad y media, sin importarles que unos meses atrás hubiera coqueteado con él para una alianza o unos días después, presumiendo su pluralidad, lo anuncie como el hombre más probo de su gabinete. No creo que este penoso cuadro fortalezca a la democracia. No, que va. -Aquí tengo este documento (y lo pone frente a la cámara como si pudiéramos corroborar su autenticidad desde nuestra casas) donde el candidato… (Aquí le sigue un adjetivo como “oficial” “de la violencia”, “del continuismo”, según sea el caso) donde hace quince año le extendió una carta de recomendación a fulano de tal que ahora está en la cárcel por haber atropellado a una viejita. -Ahora vienes a presumir de tu decencia pero cuando fuiste alcalde de Sanloquesea te llevabas a tu casa todas las lámparas que eran para el alumbrado público. -pero tú hoy vienes aquí diciendo que acabarás con la corrupción pero ya no te acuerdas cuando tu esposa se puso a vender todas las cobijas que eran para los damnificados del chubasco que azotó el año pasado. -aseguras que acabarás con el nepotismo y que no solaparás las influencias de nadie pero te niegas a reconocer que tres de tus nueve hijos cobran como aviadores en el Municipio que preside tu compadre, otro bueno para nada. Esa misma noche el comité de campaña de cada aspirante paga un desplegado carísimo que aparecerá a la mañana siguiente, nomás para decir que el debate lo ganó su candidato y que, de plano, los otros, deben de declinar antes que ese hombre de Estado les pase por encima. Todo eso solo provoca el abstencionismo, cunde el hartazgo y al final el famoso debate termina por no servir para nada. Así diga la más grande tontería uno de ellos, sus seguidores-muy orgullosos-no dejarán de votar por él. Así diga el oponente una genialidad, aquellos no se vendrán con él y cada quien seguirá apoyando irreflexivamente a su gallo, por más patán o por más ignorante que sea. Por eso digo que la autocrítica sincera, francota y con el corazón en la mano, puede ser la opción que salve esto. Cada uno de los candidatos iría pasando al estrado a confesar sus fechorías y a reconocer las triquiñuelas que en el pasado se le han endilgado o haya sabido ocultar. Los televidentes, emocionados, ahora sí estarían atentos , para ver todo lo que cada uno confiesa: EL TURNO ES PARA EL PRIMERO DE LA TARDE: “Yo, candidato a la gubernatura , soy un gañan bien hecho y no debería estar aquí pidiéndoles el voto sino que debería estar ya extraditado o , mínimo, en Almoloya . Mi carrera de bandido empezó cuando fui líder juvenil de mí partido, organicé la rifa de un carro para sacar fondos y remodelar el local que teníamos, pero no entregué el dinero, mi esposa se sacó el carro, y, por supuesto, nunca remodelamos el local del partido, mejor lo usamos para crear una fundación y hacer la faramalla de que ayudábamos a la gente amolada. Más adelante fui subsecretario de desarrollo social y ahí hicimos mucho dinero porque la constructora que levantó los pies de casa para las gentes de las invasiones, era de mi papá.” Eso y más he sido. No escondo nada. Mi corazón es una ventana abierta , por donde sale la pestilencia de mis actos, a cambio, de que ,por ahí mismo ,entre la generosidad de si voto. EL TURNO ES PARA EL SEGUNDO DE LA TARDE: “Yo tengo treinta años viviendo en este Estado, que ya es para mí como mi segunda cuna.Llegué aquí ,porque venía huyendo de mi pueblo, pues entre un compadre y yo, asaltamos a un ingeniero cuando llevaba la raya para pagarles a unos jornaleros agrícolas. Cuando ya íbamos saliendo del pueblo yo asalté a mi compadre, le quité su parte y lo dejé amarrado en el tronco de una mata de mango. Por mucho tiempo me anduvieron buscando, hasta que una vez me animé, le robé todas las alhajas a la que entonces era mi esposa, las empeñe, me llevé su carro, en el trayecto lo vendí, junté una feria más y fui con un amigo que para entonces ya era subprocurador y desapareció mi expediente.” EL TURNO ES PARA EL TERCERO DE LA TARDE: “Yo estoy encabezando las candidaturas de mi partido porque la mera verdad me ha parecido la forma más fácil de hacer dinero. Me corrieron de una preparatoria donde era conserje porque andaba hostigando a las alumnas, y luego entre a la universidad como maestro de horas sueltas y al tiempo me dieron un tiempo completo. Fui maestro de todas las carreras de la División de Ciencias Sociales. “Fui” es un decir, porque en realidad nunca Iba y no daba clases. A los pocos años me invitaron a participar en una planilla del sindicato y ganamos Así estuve como siete años y, cuando perdimos mejor pedí una licencia, porque no quería regresarme a dar clases. Trabajé en el Inegi durante varios años, fui diputado suplente por un partido de izquierda, fui senador por un partido de derecha, renuncié a ese partido para venirme de Secretario de Educación hace dos sexenios, de ahí me fui a la contraloría como Secretario, a los dos años me fui a la subsecretaría de hacienda, al año volví a la Controlaría pero ahora a declarar porque me había instruido un procedimiento administrativo por malversar unos fondos para pintar escuelas cuando estuve en la Secretaría de Educación; me inhabilitaron dos años, volví a dar clases en la universidad mientras cumplía con esa inhabilitación, perdí ese trabajo porque me metieron a la cárcel por no pasarle la pensión alimenticia a mi ex esposa; en el sexenio pasado estuve como aviador en un municipio y ahora, con el nuevo gobierno, he laborado en tres secretarías pero en ninguna me he querido quedar porque tienen muy poco presupuesto. Hace un año puse una carnicería y un cibercafé pero eso me obliga a estar ahí trabajando todo el día. Me han hecho esta invitación para abanderar a mi partido y aquí estoy dispuesto a todo…y cuando digo a todo, es a todo. Así es que ya saben a qué se atienen conmigo.” Creo que un evento de esa naturaleza sería un parteaguas en la vida política del país. Mañana mismo iré a cabildear con todos los partidos. Estoy seguro que se pelearán por la iniciativa. El ganador , insisto , será aquel que más sincero, más cínico o más autocrítico se haya mostrado frente a la ciudadanía. Al final , cada uno pero ya como algo secundario, habrán de contarnos , brevemente, cuales son sus ideales principios . Si ninguna de sus peroratas nos convence , hacemos una segunda ronda y le damos una nueva oportunidad , para que cada quien se prepare al máximo e incluso se haga acompañar de otros ideales y otros principios. Por Miguel Ángel Avilés
Cuando llegó a la llantera para contarnos, todos nos alegramos.No cualquiera tiene la suerte de hacerse de una lancha, dijimos, creyendo que nuestro amigo había hecho el mejor negocio de su vida. Querido por cada uno de nosotros y confiando, irracionalmente, en la decisión que había tomado al realizar esa compraventa, le dimos palmaditas en la espalda y gritamos vivas a su favor, por hacerse de lo que, a corto, mediano y largo plazo, significaria una mejor calidad de vida para él y su familia. No le pusimos ningún pretexto ni objetábamos nada porque, gracias a la amistad de años y al voto que depositábamos en su buen juicio, estábamos seguros (a ciegas) que consigo estaba la oportunidad de disfrutar de esos privilegios que, cuando menos esperamos, se presentan. Esa vez bebimos hasta al amanecer, como quien estando loco de contento y de felicidad, puede olvidarse de todo con tal de que el amigo, la pareja que está a tu lado y que amas, la persona que admiras o el personaje que idolatras como el más dañado de los fanáticos, es incapaz de insinuar un pero, temeroso de que el aludido de ofenda y le de por enardecer, acusándonos de todo, como esos borrachos que han perdido el juicio, con las tres primeras copas que se atraviesa entre pecho y espalda. Quién hubiera pensado que esos gringos, le habían jugado a traición. No eran gringos, pero de algo me acordé y los traje a colación solo como material didáctico y así contarles que, a la semana siguiente que nuestro amigo quiso recorrer la bahía, la cosa motivo de la compraventa, es decir, la lancha, no dio ni patras ni padelante. Entonces hubo de ir con los astilleros, o con los meros meros o con no se quien, para que se la echaran a volar y lo sacaran del apuro, más, sin embargo, eso no era tan a las fáciles y si quería escuchar el motor de su lanchita el cual estaba podrido, tenía que ponerle unas piezas que costaban más caras que el más barato producto del Starbucks y rogarle a Dios para que ese armatoste antediluviano que yacía a la orilla de playa, arrancara. Juntó el dinero para las piezas, pero estas nunca fueron encontradas, ni en el mercado negro, ni en un bazar de antigüedades, ni en un museo que ubicaron en Texas, creo, ni una exposición de objetos de la primera y segunda guerra mundial e incluso, ni en el deshuesadero de un tal Samuel Kier que hasta la fecha no he averiguado quien es, pero hasta allá anduvieron y nadita de nada que la hallaron. Mi amigo no dio su brazo a torcer y, con la esperanza salida de su coraje ahí tienen que, al darse cuenta pian pianito de lo que en realidad había comprado, según él se puso a esperar la llegada de las piezas y, en tanto eso ocurría, trató de darle uso a lo que, semanas antes, pensaba que era su gran adquisición. Creímos que su esfuerzo había dado frutos, cuando alguien llegó a la llantera, contando que había visto a nuestro amigo y a su lancha, haciendo un recorrido por todo el malecón. Y era cierto pero el recorrido era en la calle, remolcada por su propio jeep para moverla, aunque sea en el duro asfalto, haciéndose las ilusiones que iba a no sé cuántas millas náuticas por hora, península adentro, sombreado por un generoso nubarrón La idea no era mala, si de lo que se trataba era de darle uso, pero sobre los planes que tuvo al adquirirla, no se contaba con buenas noticias. Creyó haber sumado a su patrimonio una lancha de vanguardia y no era así. "Has de cuenta que irás montado en una flecha ...vas a llegar en menos de cinco minutos a la isla espíritu santo..." le había jurado el vendedor con una labia que envidiaría el más experimentado vendedor de ferias. Pensó recuperar lo invertido tan pronto recorriera de lado a lado de norte a sur o de sur a norte , trayendo a casa, temporada tras temporada, una envidiable pesca de cochitos, pargos, cabrillas , dorados, mojarras y la dicha de haber convivido con nosotros, lo que le aplaudimos a raudales la vez que nos llegó con la buena nueva de esa compraventa y que, intolerantes, paramos en seco a una minoría de voces que advirtieron sobre los inconvenientes de mercar lo que se lo ofertaron con un moderno catamarán y resultó ser algo parecido a una chalupa. El espejismo se vino abajo. Después de sus recorridos diarios con la lancha jalada por su jeep , mi amigazo hizo de tripas corazón y la guardó en la cochera de su casa, a la expectativa de una llamada que le dijera que ya estaban en camino las tan buscadas piezas, pero no llegó el milagro. Lo que sí llegó fue la exigencia de su esposa para que se llevara la lancha a otra parte ya que solo era la atracción de fauna nociva y una que otra vez de recriminaciones por haberse encaprichado en adquirirla como si se hubiera hecho del más desarrollado navío, vanguardista y de avanzada. Así es como fue y vino con ella. En ocasiones se le daba la oportunidad de estacionarla afuera de la casa de su mamá. Otras en el patio de un compadre y otras tantas en una vieja bodega que alguien le facilitó. Con el propósito de que recuperara algo de lo invertido, no faltaron las propuestas: “se las deberías de vender a tal o cual ranchero de aquí cerquita para que guarde su pastura o ahí le de comer a sus vacas”. “úsala como almácigo para que siembres hortalizas “. " ofrécela a los organizadores del carnaval como batanga para que paseen al rey feo o a las reynas ", “adáptale unos salvavidas a los lados y réntala como alberca para niños” “yunqueala y remátala en partes” “le puedes soldar un cerquito y lo utilizas como gallinero” “Píntala y anúnciala como si estuviera nueva , no faltará un distraído como tú, que te la compre”. En fin, tantos remedios. Ya no recuerdo cuál fue su decisión ni el fin que tuvo esa lancha tan memorable. Lo que sí les aseguro es que su historia puede ser del interés de los récord Guinness , ya que no ha existido en el mundo una embarcación de esta naturaleza que haya recorrido tanto kilometraje. Pero no en el mar sino en tierra. |
Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
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