Por Miguel Ángel Avliés
Anoche me acordaba cuando competí por vez primera en unas elecciones internas de la escuela de Derecho. Lo traje a la mente justo en el momento en que veía una entrevista que le hacía en la tele a un actor colombiano y en eso, cuando más interesante estaba la cosa, aquella se interrumpió y apareció a cuadro Jorge Álvarez Máynez, candidato a la presidencia de México, diciendo esto y lo otro, con un entusiasmo tal que pareciera estar seguro que fuera a ganar. A diferencia de este político, yo en aquel entonces estaba totalmente convencido de que lo mío era la derrota y que si o si, iba a perder. Efectivamente, tuve como siete votos y todavía, para acabarla de jorobar, mis adversarios, todos una bola de conservadores y representantes de grupos de intereses creados, dijeron que yo era un peligro para la universidad y, de paso, burlonamente, me acusaron de acarreo. Alegué fraude, moví al estudiantado bueno y sabio, hice un plantón afuerita del órgano que contraria lo sufragado y me planté, cerrando el tráfico por varios días, en la calle Yucatán, luego bautizada como Norberto Palancares, hoy llamada Luis Donaldo Colosio. Obvio, esto no lo recordé ayer, más bien recordé, enfurecido a un familiar muy cercano de Máynez por no dejarme ver la entrevista como dios manda , pero quería ponerlos en contexto con respecto a lo que queremos aparentar en proceso electoral, lo que realmente sucede, lo que nos da por inventar para victimizarnos como lo hice en el párrafo anterior y sobre todo cómo es que, en el fondo sabes que no tienes ni la mínima posibilidad de ganar pero le entras al ruedo, haciéndote pasar en la competencia cual si fueras el Toluca o el América pero en realidad eres el Puebla o el Mazatlán. Quiero decir, que en el caso de Máynez o de alguien en su misma posición, sabe muy bien que las posibilidades de ganar son menos cero y sin embargo, aquí lo tenemos frente a nosotros, irrumpiendo en tu programa favorito, apareciendo una y otra vez cuando más a gusto está uno disfrutando lo que les dé la gana, al fin y al cabo lo invertido en estas pautas y en el resto de la campaña, no salen de su bolsillo, sino del erario , por lo tanto lo conseguido de aquí al domingo en que patrióticamente nos encontremos formados para emitir el voto, ya es ganancia. Es decir, este muchacho Jorge, a quien parece que le dijeron que pelando los dientes como Chita, la de Tarzán, sube en las encuestas, echo un volado y si cae águila gana y si cae sol, también. Salvo que alguien se hubiera vuelto loco y nos tuviera guardada una sorpresa, este hombre ya tiene garantizado un honroso tercer lugar, nadie se lo quitará pero se nos aparece al doblar la esquina de una película o después del verde-siga de una entrevista o en medio de un campo de fut cuando el juego está por más emocionante, cual si estuviera a solo un punto en las encuestas de quien se encuentra arriba. Jorge Álvarez Máynez pues, ya ganó, perdiendo o pese a su incontrovertible derrota, ganará. Más bien, corrijo: ya ganó o ganaron los que, atrás de su impulso, designación y campaña, le echan porras al oído, lo cargan o se deja cargar de un lado a otro, los que le hacen creer con tal de que al final de la jornada, se haga un corte de caja, y como boxeador, esparrin y manager se repartan, poniéndose de acuerdo, con respecto al motín y sus utilidades. Para invertir- que no gastar- dinero no falta. Ya de por si el partido recibió lo suyo y para este proceso electoral, en su momento, la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE aprobó 660 millones 978 mil 723 pesos como tope de gastos de campaña para cada candidata y el candidato a la Presidencia de la República: Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. pero esa promoción tiene un límite de gasto que, en caso de rebasar, pueden ser sancionados con la nulidad de la elección. Esto último lo han de tener sin dormir o cuando menos, con taquicardia. Ese monto lo podían gastar durante los 90 días que dura esta etapa electoral, es decir, de marzo al 29 de mayo del 2024, cuando inicie un periodo de veda previo al día de votación, que es el domingo 2 de junio. Válgame, y a mi que, en esa lejana elección escolar, acaso nomás me regalaron una sábana para que hiciera una manta. Válgame. Ni para andar interrumpiendo como Máynez, me alcanzó. De plano, ya se me está haciendo agua el bolsillo y de aquí a seis años tendré suficiente tiempo para meditar si me destapo o no para tratar de suceder al que gané ahora. Todo sea por mi país y estas ganas de servir a todos. Nada tengo que perder, mucho que ganar. Con sol gano, con águila, también. El volado estará en el aire, pero contrario a esos años ochenta en los que obtuve menos de diez votos, aquí pondré a temblar al más pintado. Eso sí, les prometo desde ahora no comprar ninguna pauta, con tal de no andar interrumpiendo nada cuando estén viendo en alguna plataforma o televisión su serie, película o programa favorito porque la verdad si cae muy gordo. Espero que esto lo sepa Máynez y ya nos deje en paz. Ya no hay necesidad de hacerlo. El tercer lugar ya lo tiene asegurado. Y su futuro, también No cabe duda: que codiciadas victorias, han de ser estas derrotas.
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Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
September 2024
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