EL DOBERMAN
Miguel Ángel Avilés Le apodaban El Doberman. Como diría Sabina, era delincuente habitual y también portero, muy buen portero… Una de las veces traía orden de aprehensión y las fuerzas del orden no lo encontraban. Pero supieron que los domingos cubría los tres palos de su equipo en el estadio Guaycura… Cuando llegaron, el juego ya había empezado. Los judiciales se dijeron como Los Martínez: “cayó en las redes del león”. Rodearon el campo. Esperarían que el medio tiempo terminara para apañarlo. Mientras se pusieron a ver las acciones y toda la cosa… El Equipo del Doberman anotó un gol y aquello fue la algarabía. Cuentan que tres agentes aventaron la torta que ya se estaban comiendo y hasta la ola hicieron… Eso obligó al equipo rival a redoblar esfuerzo para no irse al descanso en desventaja. Hubo un despeje largo que recibió un extremo derecho y avanzó, como poseído, hacia la portería que cubría El Doberman… Fue entonces que se dieron cuenta que el perseguido ya les había ganado el tirón y, dejando el arco solo, había abandonado el campo por voluntad propia para saltar la barda que daba al gimnasio de la calle Morelos y echarse a correr hacia cualquier punto distante… Han pasado treinta y siete años y es hora que todavía no lo agarran… © Miguel Ángel Avilés
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Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
September 2024
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