Por Miguel Ángel Avilés
No es cierto, en realidad no me acuerdo que fecha era, pero dije así porque quien quite y se lea más bonito, como el inicio de ese gran cuento que jamás lograré escribir. Era verano, dije. Pero quizá fue el día de mi santo o en pleno diciembre, los principios de semana santa o ya se había ido las nieves de enero y llegaban las flores de mayo. Cualquier aproximación puede que sea verdad. Pero también puede que no lo sea. No. No es precisamente un examen psicométrico, pero se trata de que los que respondan sobre el particular, sean ustedes. Es decir, el emisor puede aclararles desde el primer momento que se los está choreando pero también puede tener el propósito de mentirles y ya dependerá de lo informado que esté el receptor para lograrlo o no. Sí me explique, sino, me da la misma y prosigo: En mi caso, desde un principio les confesé que no recuerdo y preferí decírselo, antes que inventarles un día que, por más monótono que haya sido, se los pude describir como el más sublime, el deseado durante toda mi vida. Pero quedaba la opción de cuentearlos y decirles que era verano del setenta cinco y un par de generales muertos había ya, de cada lado, en una batalla que apenas empezaba y terminaría con nuestra bandera en todo lo alto, mientras trotaban puro caballo azabache mexica por todo lo largo de avenida de Los Campos Elíseos, en París. Sin embargo, ya estamos grandecitos y pienso que a estas alturas como ciudadanos maduros que somos, ha llegado el momento, Chatita del alma, de hablar sin mentiras, pues hemos esperado mucho tiempo pa’ ver si cambiaban y nomás no nos miran. Me refiero a que nos siguen viendo la cara y hay quienes aún ponen su otra mejilla. Pero a estas alturas, mis amigos y amigos, la culpa, ya no es del indio sino de quien lo hizo compadre. Hagan de cuenta que fue con tal fuerza,la puesta de la mordaza en la boca, que aún quitándosele, el censurado no se ha dado cuenta de ello o no se atreve a expresarse o considera que nada tiene que decir. Es cierto que puede haber una codependencia. Una codependencia política e ideológica, donde uno fue el dictador perfecto - ya me traicionó el síndrome de la ministra Yasmin - y el otro o los otros, o la gran masa, y así, finalmente, cayó en las redes el león. Décadas y décadas aguantando ,pero a la vez culpando al bribón que les endulzaba el oido y caen redonditos. Es que nos sedujo. Es que le creí Es que hablan tan bonito Es que no había más de donde escoger Es que encarnaba los más nobles ideales Es que representa a las mayorías Es que es muy revolucionario y nacionalista. Al principio dijiste que ya que vinieran sus nonatas etapas y solo referiremos sus iniciales para proteger el interés superior del menor: P.N.R. y casi de inmediato el P.R.M. a fin de cambiar para no cambiar. Mostraste una ideología nacionalista, reflejada,entte otras cosas, en la expropiación petrolera, la formación una industria eléctrica nacional y la expansión de las empresas del Estado.,la creación de sistemas de Salud y de Alimentación, por resumirlo así, plagiosamente, en mi afán de un día ser ministro. Largo tiempo pasó y así nos cargaste : Quesque Ir a ver a la virgen y luego casarnos. Sería lo primero. Pero ya se fueron las nieves de Enero y llegaron las flores de Mayo y ya lo vez ,nos hemos aguantado a lo macho pero nuestro amargo dolor social, ya no me lo callo. Porque la raza ya está cansada de estar esperando a que vengas con ella; que la engañes con otro, es decir, con quien, según decías, eran tus enemigos. Sí,está cansada, porque hasta la esperanza cansa. Y la simulación más. Pese a todo, sigue creyendo. Pudiste haberle dicho que ,en efecto ,era verano y de ahí no te hubieras movido . Mas bien, pude haberlo dicho y dedicar para ellos, un poema adjudicado como de tu tu autoría: "México, creo en ti, Como en el vértice de un juramento. Tú hueles a tragedia, tierra mía, Y sin embargo, ríes demasiado, Acaso porque sabes que la risa Es la envoltura de un dolor callado. México, creo en ti, Sin que te represente en una forma Porque te llevo dentro, sin que sepa Lo que tú eres en mí; pero presiento Que mucho te pareces a mi alma Que sé que existe pero no la veo". Ya embriagada de amor, aquella pueblerina te cree porque te cree,que es tuyo . Claro , si eso era lo que querías. Pero lo mismo daba hacerlo propio o cultivarlos diciéndoles que fue escrito por Maria Grever, Carlos Pellicer o Chicoché y la crisis. Sí, nuevamente la crisis. Y así, hasta que dos niños por ahí sentados , vestidos de pastorcitos oaxaqueños , gritan a pecho abierto , como cuando se gritaba " el pueblo unido, jamás será vencido", que el flautista de Hamelín, como aquel emperador, también va desnudo. Y sea posiblemente ahí, que alguien cante: "No soporto ya mas tus mentiras Esta espera me esta destrozando Al mirar que han pasado los años y No pienso morirme esperando Ya se fueron las nieves de Enero ya Llegaron las flores de Mayo Ya lo vez me aguantado a lo macho y Mi amargo dolor me lo cayo" Mentira. Era verano.
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Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
September 2024
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