Por Miguel Ángel Avilés
Ahora que pienso en mis amigos, muchos de ellos ya no están. Algo así decía el gran escritor mexicano, Don Juan de la Cabada, Campechano de Nacimiento y capitalino por defunción, al hacer un recuento de sus años, ya en el ocaso de su larga existencia. No entrecomillo su pensar con tal de no poner inexactas palabras en su boca, al estar aquí, en esta terraza de mis amores, citando frases de memoria. Así como él, yo también pienso en mis maestros y maestras de primaria y es muy probable que, así como los amigos de Don Juan de la Cabada, ninguno de ellos esté. Quién lo iba a pensar. Estuvieron frente a nosotros dándolo todo y creíamos que duraban para siempre, igual como pensamos de los amigos o de quienes resultan significativos en esta puesta en escena en donde nacemos, crecemos, nos reproducimos y, un día de tantos, morimos. Es que había demasiada vida o es que no pensábamos tanto en la muerte. Es que tal vez queremos que lo que amamos sea eterno. Pero no y por eso hay que atesorarlo todo, mientras esté, aunque debo admitir que, incluso después de irse, siguen estando. Es que si hay gente que es terca, esos son los que se van. Los que se van, trascendiendo. Se aferran a quedarse aquí: en el recuerdo, en un gesto suyo, en una expresión que no tenía más dueño, en una camisa entrañable, en una blusa, en una voz inconfundible, en una cicatriz, en la mirada hacia donde ya no están, en una canción desentonada. Pero se aferran a quedarse aquí: a un ladito del corazón. Como mis profes y los profes de quien ahorita lee esto, o los profes del Anibal que fueron los míos desde el kínder o de los demás amigos hasta que nos tocó graduarnos y tuvimos que caminar, como hasta ahora, por esa alfombra roja de la realidad. Pero como bien dice Joaquín Joaquinito "Nos tocaba crecer y crecimos, vaya si crecimos, cada vez con más dudas, más viejos, más sabios, más primos". Esto, sin embargo, es el presente. Hoy, valga la obviedad, ahora que somos " adultos”, reflexivos, dispuestos a sacar la casta a fin de valorar lo que un día pensamos que era para siempre, como si nunca existiera un final del momento que gozábamos - aprendíamos, vueltos alumnos, no profes como de pronto nos damos cuenta que podemos ser. El Anibal lo fue, y después enseñó y supo dar conocimiento como un día frente a él lo hizo la profe Egriselda y la profe Socorro, el Profe Humberto, la profe Norma, el Profe Murrieta, el Profe Rubén. Igual pasó con mis hermanos Chema y Manuela, discípulos alguna vez, y al pasar del tiempo (como los tiempos de Dios que siempre son perfectos), devolvieron lo aprendido, enseñando lo que la experiencia les brindó y les sigue brindando, gracias a la vida y a pesar de tanta muerte. Y pasó con tantos más, como Ernesto o como el profe Irigoyen que supieron aprender y más delante estaban al pie de la cureña soltando para otros lo que aprendió ,en la uní de adulto o en la primaria de niño, sin preguntarse, quizá, donde estarán sus maestros de ayer, actualmente, como yo me preguntaba o sus amigos, como lo hacía don Juan de la Cabada que en su recordación, a lo mejor buscaba a no sé quién de los que fueron escolapiamente como el Anibal así conmigo, para darle un fuerte abrazo o a esos vecinos con lo que corría en la calle, jugando hasta que los metía la noche o un grito castrense de alguna mamá. Eran edades tempranas, cuando aún están los que un día se van. Era el tiempo congelado en una emoción que nos impedía imaginarnos grandes, cuando ya es imposible caminar a solas, sin pensar en otro o en los otros, los que siguen aquí, ya sea amándonos, ya sea odiándonos, pero siguen, vitales, en este mundo raro que es capaz de prescindir de lo que sea, menos de la risa ni tampoco del llanto. Porque es cierto “que hay muchas cosas, que se pueden olvidar, pero algunas son olvidadas y otras son cosas nomás..” Y porque la risa y el llanto, son tan útiles, cuando alguien se va.
0 Comments
Leave a Reply. |
Miguel Ángel AvilésMiguel Ángel Avilés Castro (La Paz B.C.S. 1966.). Es abogado por la Universidad de Sonora. Practica el periodismo y la literatura desde 1990. Archives
September 2024
|