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​Reseñas desde España

"Indira" de Santiago Díaz, publicado por Reservoir Books

2/15/2023

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Por Violant Muñoz i Genovés
Todos guardamos secretos,
pero ¿qué precio estamos dispuestos a pagar para que sigan enterrados?

La inspectora Indira Ramos, ante la mayor encrucijada de su carrera.

Y frente a su peor enemigo. 


Tras el éxito de “El buen padre” y “Las otras niñas”, Santiago Díaz sacude la novela negra española con reglas nuevas para el género. En menos de dos años en el catálogo de Roja & Negra, Santiago Díaz se ha convertido en un autor de referencia para lectores, libreros y críticos. Sus más exitosos colegas —Carmen Mola, Juan Gómez Jurado, Susana Martín Gijón, Mikel Santiago, César Pérez Gellida...— lo han reconocido como un par y se han rendido a su talento. Y ya hay quienes le señalan como uno de los referentes dentro de la actual novela negra española. Se trata de un renovador que sorprende marcando nuevas reglas para un género que sigue al alza gracias a autores como él. 

Lo que para Santiago Díaz han sido unos años de parabienes, para su inspectora Indira Ramos han sido poco menos que una montaña rusa emocional. Solo en los últimos doce meses, ha dado caza a Antonio Anglés, buscado desde hace tres décadas por el asesinato de las niñas de Alcàsser, y ha resuelto, junto a su equipo, el modo de meterle entre rejas para sortear la prescripción del crimen. También ha perdido a uno de sus mejores agentes en lo que se disfrazó de desgraciado accidente y se ha visto obligada a elegir entre los dos hombres de su vida, uno de ellos padre de Alba, su hija de tres años. Y ahora, cuando por fin todo parecía haber vuelto a la normalidad y se presentaba ante ella una etapa tranquila, la vida se empeña de nuevo en ponerle las cosas más difíciles que nunca. Santiago Díaz no se ha resistido a meterla en un avispero del que si sale no lo hará ilesa. Como en los mejores guiones de un thriller bien construido.

Indira, la tercera entrega de la serie protagonizada por la inspectora Ramos, está concebida como un enorme flashback que comienza con lo que parece el intento de suicido de su protagonista. ¿Por qué Indira está dispuesta a saltar desde un octavo piso? Es la pregunta que muerde la curiosidad del lector hasta la última página mientras se ve atrapado por dos grandes intrigas, y muchas pequeñas pero de importante calado para sus protagonistas, interrumpiéndose para que la imagen completa de lo que sucede vaya apareciendo según se encaja otra ficha del puzzle. 

El primer caso tratará de resolver qué tienen en común los cadáveres aparecidos en unos terrenos ahora urbanizables del municipio madrileño de Getafe en tumbas que datan de diferentes fechas. Un caso en el que parecen estar implicados una actriz mundialmente reconocida, un político aspirante a presidente del Gobierno, dos hermanas multimillonarias, una aspirante a diseñadora de familia adinerada y su pareja, y el ex de una mujer que se quitó la vida hace unos años. 

El segundo caso seguirá la pista a un preso fugado de la cárcel de Alcalá de Henares —fuga que ha sido una auténtica masacre—. Se trata del narcotraficante y asesino colombiano Walter Vargas, a quien Indira dejó manco cuando éste se disponía a matar al inspector Iván Moreno durante el asalto para detenerle en su casa de La Moraleja. 

Habrá también en esta tercera entrega un importante cambio en el habitual equipo de trabajo de Indira. Tras el asesinato del oficial Óscar Jimeno y la separación en dos del grupo, liderados unos por ella y otros por el inspector Moreno, Indira decide fichar a un nuevo y singular policía: Juan de Dios Cortés, un gitano dispuesto a todo por proteger a su familia y un oficial tan inteligente y perspicaz como su propia jefa. Un personaje magnífico y estimulante que abre un nuevo horizonte en la serie de Santiago Díaz y deslumbra al lector con la complejidad de su carácter. Será él quien ponga contra las cuerdas a la inspectora Lucía Navarro, la asesina fortuita del arquitecto Héctor Ríos de la que solo Jimeno conocía su implicación en el crimen, secreto que ella decidió enterrar junto a su compañero tras el accidente provocado. Pero, ¿qué pasaría si Navarro hallara la más mínima pista de la implicación de ‘Jotadé’, como le gusta ser llamado a Cortés, en algún asunto turbio? ¿Callarían los dos o se enfrentarían hasta caer rendidos o, quizás, derrotados? 

Los dilemas éticos son una de las constantes en la obra de Santiago Díaz, quien gusta de enredar al lector en complicadas cuestiones que juegan con la ambigüedad moral: las falsas excusas de las que nos convencemos por un beneficio propio; la inocencia, su ausencia y los grados de culpabilidad; lo permitido frente a lo permisible... Cuestiones muchas de ellas que pisan la línea roja que separa la legalidad de otras consideraciones y que en muchos casos estaríamos quizás dispuestos a admitir, sobre todo en cuestiones relativas a la defensa de la propia vida, y aún más en la defensa de la vida de un ser querido. 

Solo Indira parece seguir viviendo según un estricto código ético, el mismo que en su día le granjeó la antipatía de muchos de sus compañeros. Su fama de incorruptible y su talento para resolver casos la preceden más allá de su círculo laboral, motivo por el que se puede rodear de los mejores, aunque ahora todos hayan tenido que elegir de qué lado caen: del de ella o del de Moreno, el inteligente y seductor inspector con el que Indira tuvo mucho más que un affaire a pesar de ser el polo opuesto —a primera vista— de la que un día fuera su jefa. 

Pero los dos equipos deberán dejar de lado sus enfrentamientos para colaborar en la resolución del caso más importante en las vidas de sus jefes. Un caso que unirá o separará para siempre a Indira y Moreno. Que les obligará a tomar una serie de decisiones de vital importancia aplazadas, pero siempre latentes. Un caso que rebasará todos los límites y pondrá a la protagonista sobre el filo de una navaja en un final a contrarreloj que no augura una feliz resolución. Pero los lectores ya saben que la palabra imposible no existe en el vocabulario de Indira, y si de ella depende, todo se resolverá. Cueste lo que cueste. 

Indira necesita encontrar un policía a la altura de su equipo y sus exigencias y encuentra en Juan de Dios Cortés al hombre que busca, aunque nadie pueda creerlo. Todo un fichaje, por parte de Indira y de Santiago Díaz, que abre así un nuevo horizonte en su tercera novela: el mundo caló. El rechazo mutuo entre gitanos y payos, las normas obsoletas de una comunidad marginada, el submundo que rodea las barriadas pobres en las que vive la familia de Jotadé, la importancia del patriarca, la defensa a ultranza de la familia, los vínculos raciales, los estereotipos... son algunos de los temas que Díaz puede poner de manifiesto al elegir a un gitano como nuevo miembro del cuerpo policial. Un entorno en el que no son pocos los que miran con desconfianza a un hombre que, por su raza, no les parece que encaje fuera de las celdas de la comisaría: «...La cara buena fue la del poli que tuvo que darle una pipa a un gitano por primera vez. Casi la deja en el suelo y sale por patas...» 

Jotadé se ha criado en una familia donde los muros han caído, no como en otras. Su padre, Francisco Cortés, nació en 1958 en el municipio de Jódar, a algo más de cincuenta kilómetros de Jaén. Sus abuelos habían emigrado desde Madrid durante la Guerra Civil y toda la familia se instaló en una de las cuevas que habitaban los más pobres en la falda del cerro de San Cristóbal. Allí, rodeados de desperdicios, de ganado y de enfermedades, se ganaron la vida durante décadas trabajando el esparto. Posteriormente, con las ventas en mercadillos. Paco vivió sus primeros años junto a otras familias, tanto gitanas como payas, y todos pasaban penurias por igual, lo que le dio una visión mucho más global del mundo. También aprendió que mantenerse en el buen camino siendo gitano y pobre no era una tarea sencilla. El buen entendimiento que Paco tenía con los payos y su capacidad para solucionar toda clase de problemas hicieron que las demás familias gitanas lo tomasen como referente: «...En el hotel [cerca de Atocha en el que trabaja] seguía siendo Paco, el botones, pero en el barrio pasaron a conocerle como el tío Francisco, y se convirtió en uno de los patriarcas más respetados de todo Madrid. Su principal propósito era que los payos dejasen de ver a su comunidad como gente conflictiva para que, como él, los suyos pudiesen integrarse en la sociedad, pero ni los unos ni los otros se lo ponían fácil...» 

Una de las mayores sorpresas de Paco fue el día que su hijo le dijo que iba a hacerse policía. Estaba encantado con que Jotadé decidiese derribar barreras, aunque a muchos vecinos les pareciese que se estaba vendiendo al enemigo. Pero Jotadé supo hacerse respetar con mano dura y siendo inflexible. Aún hoy si de vez en cuando tiene que amedrentar a alguien no duda en hacerlo, tenga enfrente al camello que vende a su hermano la droga que le está matando o al Manu, su cuñado y el hombre que tiene aterrorizada a su hermana y sus hijos. 

Juan de Dios es la intersección entre dos mundos, un hombre que ni reniega ni se avergüenza de su raza, pero que tampoco es esclavo de sus tradiciones. Un policía inteligente, perspicaz y muy trabajador que es fiel a sus principios, leal a sus compañeros y con un estricto sentido de la justicia que no siempre se corresponde con la que se imparte en los tribunales.

«...Jotadé adivina sus intenciones y le corta el paso con un volantazo que hace que su cuñado ruede por encima del capó. Se baja del coche y le persigue hasta la esquina donde hace unos minutos el Manu trapicheaba con sus amigos. A pesar de que todavía están allí, ninguno piensa mover un dedo por él: sabía lo que podía pasarle y aun así le dio una paliza a su mujer, cuyos gritos y súplicas se habían escuchado en todo el barrio a primera hora de la mañana. Y ahora le toca suplicar a él, aunque de nada le va a servir...» 

Santiago Díaz hace honor de la verdadera identidad del género negro: usar sus argumentos para poner en evidencia la oscuridad del mundo en que vivimos. Su realismo crítico se ha sustentado históricamente en la ambigüedad moral de una sociedad que el autor dibuja con todos sus accidentes: la violencia de género, el tráfico de drogas y de influencias, la corruptibilidad del poder, el dinero sucio... También resalta los problemas que afectan a sus personajes, sobre todo los de los principales —aún mejor si se trata de los investigadores—. De nada le falta pues a esta tercera entrega de la inspectora Ramos, ya que Indira saca a la palestra algunos de los grandes azotes de la humanidad hoy. 

Poder. En su nombre, se mata, se miente, se trafica. Si se tiene, es su abuso lo que aterroriza a quienes lo sufren. Si se desea, el mayor dilema moral es lo que estamos dispuestos a hacer por tenerlo. ¿Qué exigencias morales comporta el ejercicio del poder? ¿Cómo puede llegar este a convertirse en una dictadura? La capacidad de sometimiento de la que es capaz el poderoso encuentra en el paradigma hedónico de la sociedad el perfecto caldo de cultivo. Y en la pobreza y la ambición, un ejército de fieles dispuestos a seguir a quien les procure aquello que necesitan para sobrevivir o que simplemente ansían. Si bien estamos más dispuestos a justificar aquello a lo que la necesidad obliga, no es sencillo dibujar los límites entre lo que sería reprobable para unos y para otros, principio esencial de la ambigüedad moral.

Violencia de género. ¿Qué motivos llevan a alguien a dañar a una persona con la que se mantiene una relación afectiva? Esta y tantas otras preguntas son las que a diario se realizan millones de personas, mujeres en su mayoría, en todo el mundo. Una violencia tan incapacitante que a menudo deja a la víctima aislada, paralizada frente a un agresor que se crece ante la falta de respuesta. ¿Cómo escapar cuando la única salida es una puerta a un callejón cegado?¿Hasta dónde llegaríamos por proteger a un ser querido de esta violencia? 

Narcotráfico. Uno de los negocios más lucrativos a nivel mundial, también uno de los que entierra a más gente. En la novela, Santiago Díaz contrapone varias caras de este submundo: el del capo Vargas, poderoso, millonario, rodeado de gente influyente que le debe favores. El de los camellos de medio pelo como Ray, trapicheando con drogas en barriadas pobres donde van a pillar los miserables, y el de éstos, los ‘muertos vivientes’, los que acaban tirados en sucios colchones con las venas rotas y se llevan consigo parte del patrimonio familiar: económico y sentimental. 

Las formas modernas de la esclavitud y su repercusión en la intimidad, el tráfico de influencias, la política y los desdibujados caminos para llegar y mantenerse en el poder, el dinero y la deshumanización capitalista, la corrupción policial y sus abusos, el instinto de supervivencia... Todos estos temas van desfilando ante los ojos del lector encarnados por las actitudes de personajes contradictorios, fiel reflejo de lo que es el ser humano. Temas que se combinan con otros más cotidianos, pero de gran calado social, como la amistad, el amor, la lealtad, el deseo sexual... Un universo carnal que no solo da más peso a la narración, también la dota de veracidad y ferocidad. 

Los protagonistas de Indira—casi en su totalidad— han acabado sacrificando parte de su vida, y en ocasiones arruinándola por completo, por culpa de un secreto. Somos el resultado de las decisiones que vamos tomando, y aún más de aquellas que ocultamos y que trascienden nuestra esfera privada cuando mantenerlas dentro de nuestra órbita se convierte en un objetivo primordial. Fruto de esa necesidad de ocultar algo nace la mentira. 

Vivir en sociedad nos obliga en cierto modo a aceptar el juego de la mentira, las llamadas mentiras blancas se hacen necesarias en la convivencia si no deseamos correr el riesgo de convertirnos en sincericidas. Pero ¿por qué traicionar nuestra honestidad emocional? ¿Cómo ha afectado a Indira, a Iván y a Alejandro esa falta de honestidad? ¿Y qué sucede cuando las mentiras crecen para tapar secretos inconfesables? 

Llegada esta tercera parte de la serie, las víctimas de los secretos se multiplican. Clarísimo es el caso de la agente Navarro, que ha sobrepasado todos los límites para ocultar que fue ‘engañada’ por su amante Héctor Ríos. Pero, ¿y los demás? ¿A dónde les ha llevado aquello que esconden? Hacer un ejercicio detectivesco en busca de aquellos secretos que han ido condenado a los personajes es a la vez un acto de responsabilidad moral y empatía que nos obliga a pensar qué salida habríamos tomado nosotros en su lugar. ¿La había? 

Santiago Díaz Cortés (Madrid, 1971), guionista de cine y de televisión con veinticinco años de carrera y cerca de seiscientos guiones escritos, publicó en 2018 su primera novela, Talión, que ganó en 2019 el Premio Morella Negra y el Premio Benjamín de Tudela. En 2021 vio la luz El buen padre, novela con la que dio inicio a la serie protagonizada por la inspectora Indira Ramos y que ha sido traducida a varios idiomas. Las siguientes entregas de esta serie han sido Las otras niñas (2022) e Indira (2023). Asimismo ha cultivado con éxito la literatura juvenil y obtenido en 2021 el Premio Jaén de Narrativa Juvenil por Taurus: salvar la tierra. 

(c) Violant Muñoz
(c) Mediâtica, agencia cultural

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Quinto aniversario de “Invisible” de Eloy Moreno publicado por Nube de tinta

2/8/2023

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Por Violant Muñoz i Genovés


Nube de tinta celebra junto a Eloy Moreno el #DíaInvisible con motivo del quinto aniversario de la publicación del libro clave en la visibilización del bullying
  • El #DíaInvisible tendrá lugar el sábado 4 de febrero a las 12:00h en el Capitol Gran Vía, en Madrid.
  • Invisible, un libro imprescindible para hablar del bullying, ha vendido más de 500.000 ejemplares.
  • Penguin Random House Grupo Editorial lanza una colección de arte digital Colección Invisible.
Tras cinco años de la publicación de Invisible, el escritor Eloy Moreno y la editorial Nube de tinta quieren celebrar con lectores y lectoras el #DíaInvisible, que tendrá lugar el próximo sábado 4 de febrero. El best seller que consiguió hacer visible el problema del bullying en España ya acumula más de 500.000 ejemplares vendidos de todas sus ediciones y ahora saldrá a la venta el próximo 2 de febrero en una nueva edición ilustrada por el artista Ignasi Font.

Este #DíaInvisible, que arranca con esta celebración tan especial el próximo sábado 4 de febrero a las 12:00h con una fiesta en el cine Capitol Gran Vía, se celebrará de forma recurrente todos los años.

Invisible en estos cinco años se ha convertido en todo un fenómeno literario que ya es un imprescindible en las lecturas de prescripción escolar dentro de colegios e institutos pero también fuera de ellos, siendo un referente en la visibilidad y la lucha contra el bullying. Se han publicado cuatro ediciones de la historia: la primera en 2018, una edición especial en tapa dura, el cuento con la historia adaptada para los más pequeños y una edición limitada con una preciosa cubierta dorada para coleccionistas. En total, la historia lleva vendidos más de 500.000 ejemplares.

En esta gran celebración, el autor castellonense conversará con su editora, la Directora Literaria de Nube de Tinta, Laia Zamarrón. También se unirán a la fiesta la magia de Mag Malastruc, la música del grupo Siloé y muchas otras sorpresas para los asistentes.

El 1 de febrero de 2018 salía a la luz la emotiva historia que recorrería cientos de miles de hogares en 5 años. Invisible surgió cuando Eloy Moreno comenzó a prestar atención a las personas que nadie ve. “...Hay personas invisibles en todas partes, en muchos momentos de nuestra vida nos encontramos con ellas... y es entonces cuando me surgió la pregunta. ¿Son invisibles o les hacemos invisibles nosotros? Y es ese NOSOTROS lo que le dio vida a la novela...” comentaba el autor tras la publicación del libro.

Y es que el propio autor asegura haberse sentido invisible, especialmente cuando comenzó en el mundo literario. Sentía que nadie lo vería en las librerías, firmas de libros o presentaciones, y hoy es el ejemplo de que ese sentimiento no dura para siempre. El escritor “invisible” se ha consolidado como uno de los escritores más leídos y queridos, por su capacidad de abordar temas universales con una sensibilidad única y siempre desde puntos de vista sorprendentes.

Para celebrar el quinto aniversario de Invisible, PRHGE lanza una colección de arte digital Colección Invisible, basada en la edición conmemorativa limitada, publicada en noviembre de 2022, y la edición ilustrada que se publicará el próximo 2 febrero de 2023.

La Colección Invisible consiste en una edición limitada de 115 obras de arte digital, cada una de las cuales es única y exclusiva e incluye una cita del libro, un diseño inspirado en las ilustraciones de la nueva edición del libro o una dedicatoria personalizada firmada por el autor.

Para la creación de la colección Invisible, PRHGE ha colaborado con Creatokia, una plataforma para editores, autores, lectores y entusiastas de las obras digitales cuya misión es cambiar la forma de comprar, vender, poseer y coleccionar contenido literario en la web3. El grupo editorial ha escogido a Creatokia por su excelencia tecnológica, su amplia trayectoria en el sector editorial y por utilizar una tecnología compatible con un consumo energético responsable y respetuoso con el medio ambiente.

Las personas que adquieran una obra (“Digital Original”) de la colección podrán acuñarla, si lo desean, en Creatokia para convertirlas en un NFT, certificando así en la blockchain el carácter único de la obra y su propiedad de la misma.

Eloy Moreno (Castellón) se lanzó en 2010 a la aventura de autopublicar su primera novela, El bolígrafo de gel verde, de la que ha vendido más de 200.000 ejemplares. Su segunda obra, Lo que encontré bajo el sofá (2013), volvió a conectar con miles de lectores. En 2015 publicó El regalo, recibiendo gran reconocimiento tanto en ventas como por parte de la crítica. En 2018 publicó Invisible, un best seller traducido a varios idiomas. Sus últimas novelas, Tierra (2020), Diferente (2021) y Cuando era divertido (2022) han sido un rotundo éxito entre los lectores.

También ha publicado la colección de Cuentos para entender el mundo, dirigida tanto a adultos como a niños, incluida como lectura en centenares de centros educativos. Juntos, su último proyecto, es un libro dirigido al público infantil. Con más de un millón de ejemplares vendidos, Eloy Moreno es uno de los escritores más leídos y queridos, por su capacidad de abordar temas universales con una sensibilidad única y siempre desde puntos de vista sorprendentes.

© Violant Muñoz
© Mediâtica, agencia cultural
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Caballo de Troya 12: BELÉN de JJBenitez

11/9/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

Vuelve una de las sagas más vendidas de la historia para esclarecer los misterios que quedaban pendientes sobre Jesús de Nazaret. ¿El final de una saga histórica? Omega es el principio...

“Caná.Caballo de Troya 9” fue publicado en el 2011, pero incompleto. Por razones técnicas, algunas de las páginas del diario del Mayor de la USAF fueron retiradas por la editorial. Ahora son publicadas en su totalidad. Durante seis meses entre abril y octubre del año 27 de nuestra era Jesús se vio obligado a huir para no ser capturado por el Sanedrín. ¿Qué sucedió en ese tiempo?

“...En los presentes diarios se han introducido, intencionadamente, errores de tercer orden, así como afirmaciones no probadas e inconclusas, sucesos anunciados y no narrados, y supresiones que no afectan a lo esencial. Todo ello obedece a la necesidad de rebajar en lo posible, la credibilidad de lo narrado...”

Estas palabras son las palabras del Mayor de la USAF, protagonista de la saga Caballo de Troya, a la que de momento pone fin este último volúmen, que en orden cronológico pertenece a lo narrado en Caballo de Troya 9: Caná.

Ahora con “Belén”, el exitoso autor JJ Benitez cierra de forma transitoria la saga que empezó en 1984, y que narraba la historia de dos pilotos de la USAF (Fuerza Aérea de los Estados Unidos) que, en un proyecto secreto, conseguían viajar en el tiempo al año 30 de nuestra era, a la antigua provincia romana de Judea (actual Israel). El objetivo aparente de la misión era seguir los pasos de Jesús de Nazaret para comprobar, con el máximo rigor, cómo fueron sus últimos días. Pero nada es lo que parece, y las respuestas a las grandes preguntas parecen distintas a las que habíamos conocido…

“...me dediqué a contemplar la Hijo del Hombre. No lograba acostumbrarme. Era un hombre-Dios y, sin embargo, lo veía tan próximo, tan humano...”

A lo largo de la saga Caballo de Troya, los protagonista descubren algunos momentos de la historia que divergen de la versión oficial. Por ejemplo, un detalle que no revelan los evangelistas según la novela es que, a los 31 años, en la montaña sagrada Jesús recuperó su divinidad, al convertirse en un Hombre-Dios.

Pese a todo, Jesús se revela como un personaje más que sufre con algunos momentos terribles como la matanza de los Inocentes, o que se divierte mientras se baña en un río junto a algunos de los apóstoles. Además, la obra consigue generar una importante conexión con Jesús gracias a las profusas descripciones de su atuendo y aspecto.

Además se nos presenta a un Jesús que realiza milagros, que se acerca a los enfermos y que hace gala de una inmensa humanidad, a pesar de vivir una persecución que se prolongará a lo largo de toda la novela.

La obra muestra las consecuencias de lo acontecido el 10 de abril de nuestra era después de que Jesús visitara Jerusalén para hablar en el Templo por segunda vez. Sus palabras, pues calificó a los sacerdotes de corruptos, fueron consideradas una blasfemia y provocaron que el Sanedrín ordenara la caza y captura de Jesús de Nazaret. Fueron un total de 53 los sanedritas que firmaron el procedimiento de captura.

Sabiendo que de ser capturado podría ser sometido a torturas e, incluso, a la ejecución a partir de ese momento comienza un viaje que propicia el encuentro de Jesús con una serie de personajes fascinantes y escenarios míticos de los que ya habíamos oído hablar.

Durante el viaje a las inmediaciones de Belén, el mayor de la USAF decide investigar algunos de los enigmas acontecidos en la comarca. Así descubre que durante varios días del año 7aC, los vecinos de la zona quedaron asombrados ante la presencia en el firmamento de miles de puntos luminosos, que se movían de sur a norte.  El espectáculo se prolongó durante una semana. Los puntos de luz corrían por el cielo nocturno y, en ocasiones, se detenían o descendían a gran velocidad, iluminando las colinas como si fuera de día. El ganado se mostraba inquieto y algunas ovejas aparecieron muertas sin una gota de sangre.

El nacimiento de Jesús en Belén se produjo en medio de estos sucesos. Las indagaciones del mayor no consiguen localizar el establo donde la Virgen había dado a luz, pero sí le permiten conocer otros detalles sobre la enigmática estrella de Belén: pocos días después del Nacimiento, una luz enorme y vivísima se presentó en los campos y una familia beduina llamada Zeben tuvo un encuentro con unos seres muy extraños que descendieron de esta luz y les hablaron. Además, otros pastores y campesinos vieron una caravana de gente singular, que hablaban raro y vestían con ropas orientales. Parecían ricos y llegaron a contabilizar cien camellos y numerosos esclavos que los acompañaban. Dijeron ser príncipes recién llegados de tierras de Shinar, en Mesopotamia. Sus nombres, al menos los que recordaron algunos pobladores de Belén eran Peroz, Jazdereg, Hormizd o Magalath. ¿Fueron estos los famosos Reyes Magos?

(c) Violant Muñoz i Genovés
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“Pellejos” de Alba Álvarez, publicado por Catedral

10/19/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

Relatos que nos alejan de la zona de confort con una prosa hipnótica y una verdad desnuda. 

Alba Álvarez irrumpe en el panorama con unas historias que nos alejan de lo convencional y que a menudo son inquietantes y descarnadas. Historias incómodas que permiten al lector descender hasta los suburbios de la conciencia y descubrir los desencadenantes de pequeños trastornos que como cualquier virus, terminan contaminándolo todo. 

Los relatos que conforman Pellejos son una bofetada de talento narrativo, un huracán de aire fresco. Las relaciones interpersonales, el sexo, la soledad, la imagen del cuerpo propio, la autoestima, el desamor o el acoso son algunos de los pilares sobre los que se construyen estos relatos, a veces salvajes, en los que se diseccionan los miedos, las expectativas y la búsqueda de la felicidad. 

La autora nos introduce en la piel de unos personajes imbuidos por los complejos que les devoran desde dentro. Hastiados, intentan deshacerse de la parte oscura que les atormenta para así, poder ser libres y hacerse con el control de sus vidas. 

Conocemos a Carmen, una mujer que interpreta ante su familia el papel de viuda en shock que trata de asimilar la muerte de su marido, aunque sea lo más liberador que le ha pasado en años. Una vida marcada por hacer lo correcto, por convertirse en "alguien de provecho", que ve en la muerte de su cónyuge la oportunidad de vivir todo aquello que en su día no pudo. 

A Marta y la legión de niñas en bañador que la hostigan antes, durante y después de las clases de natación. Una tortura prescrita para mejorar su temprana escoliosis, donde los complejos y el miedo se le pegan a la piel mezclándose con el cloro. 

A Marisa, que cansada de ser un apéndice práctico en la vida de sus herederos y vástagos durante años, decide huir al pueblo y disfrutar del silencio y los recuerdos que inundan la casa de su infancia. 

A Laura, una estrenada universitaria que intenta sobrevivir a la sádica tradición de las novatadas como iniciación a la vida adulta en una residencia llena de reinas y bufones. Unas semanas definitivas para definir su estatus social y entablar los primeros lazos de amistad que surgen entre vejaciones y calimocho. 

Estas y otras muchas protagonistas se enfrentan a sus demonios particulares a lo largo de las páginas de Pellejos; el tedio de lo mundano, la mediocridad, el acoso a los demás y a uno mismo, la autoexigencia, la sexualidad, el ansia por ascender a la categoría de interesante y tener una vida plena... 

Lastres que las arrastran página por página hasta descender al mismo infierno, sucumbiendo al autoengaño y la autocomplacencia que las permite acceder a los placeres más oscuros del alma. Madres, abuelas, amigas y desconocidas que no buscan otra cosa que sentirse menos muertas en vida. 

La capacidad de la autora de bucear en nuestros pensamientos más oscuros y retratarlos con una precisión insólita, así como las fascinantes descripciones de los miedos de los personajes a través de escenas grotescas y casi dantescas, hacen de este libro una lectura sublime sobre lo complejo y contradictorio que es, en definitiva, el ser humano. 

Relatos estremecedores que permiten al lector adentrarse en las capas más profundas de la piel de sus personajes. 

El acoso es el primer tema a destacar en sus tramas: «...Le dolía tanto la humillación como la mutilación de su corsé, al que cada día apreciaba más porque sentía que aguantaba su cuerpecito, evitando que se desmoronase. Se fue a casa corriendo. Se encerró en el baño y se puso a raspar las pintadas de su precioso corsé con el estropajo de limpiar el baño. Cada sacudida tenía más rabia y, pese a que el rotulador se resistía, poco a poco, el agua que corría del grifo se iba tiñendo de negro, eliminando las pruebas. Al proceder a deshacerse de la inscripción que le dejaron en el interior, paró en seco. La leyó varias veces: «Puta deforme. Puta deforme. Puta deforme. Puta. Deforme». Lo dejó ahí. Sí. Viviría con ella...» 

Las relaciones en todo su amplio espectro también se detallan: «...Estoy segura de que si ahora, un mes después, le rememorase algún detalle de esa mañana él no lo recordaría. O me tomaría por loca. Siempre tenía que hacer todo de puntillas, procurando colarme en su mundo sin alterárselo, siendo lo que él quería y lo que yo quería al mismo tiempo. ¿Cómo narices se habitan ambos mundos? Un eterno campo de minas que sentía que cambiaba de sitio con regularidad, haciendo imposible trazar un mapa de comportamiento adecuado para él. Sentía que en cualquier momento podría explotarme una bomba en la cara, dejando tras de sí un largo castigo de silencio...» 

La perfección como obsesión, como modelo de vida: «...Me pasaba de indulgente conmigo. Me extenuaba en el trabajo. En el gimnasio. En casa limpiando, relajándome, haciéndome exfoliaciones. Sacando toda la piel muerta. Todo lo tóxico que había en mí. De vez en cuando limpiaba mi organismo a través de una alimentación a base de zumos de distintos tipos según la hora del día. Trataba así de eliminar todas las toxinas que parecía no ser capaz de sacar pese a mi esfuerzo. Porque era una puñetera vaga y no me esforzaba lo suficiente, lo otro solo eran palabras autocomplacientes para excusarme y sentirme mejor. Pero tenía que ser mejor, quería ser LA mejor...» 

Una mirada desgarradora a la sociedad que nos encorseta, el lenguaje usado como un hábil bisturí que disecciona lo peor del ser humano. Una intromisión a la vida íntima de los personajes, sin piedad, sin red. El lector pasa a ser un voyeur de la sociedad en la que vive. La cruda realidad, desnuda, frente al espejo.

Alba Álvarez (Vigo, 1995) estudió Publicidad y Relaciones Públicas e hizo un Máster en Guion de Ficción de Cine y Televisión en Salamanca. Trabajó como creativa en una agencia y productora de publicidad en A Coruña. Ha colaborado en la comisión lectora del Torrente Ballester. Este es su primer libro.

(c) Violant Muñoz i Genovés


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“Nada que perder” de Susana Fortes

9/28/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

Susana Fortes nos regala una impactante trama llena de tensión y misterio, con un estilo evocador en el que las imágenes y el relato sobre la trágica desaparición de dos niños se funden para iluminar las zonas en sombra. Nada que perder es un thriller imponente ambientado en la Galicia rural que demuestra que la verdad no solo es escurridiza, sino que debemos perseguirla con cautela.

La tarde del 12 de agosto de 1979, los hermanos Nicolás y Hugo y la pequeña Blanca desaparecen en una localidad del Baixo Miño. La niña es encontrada a la mañana siguiente dentro de una cesta de mimbre en la orilla opuesta del río sin recordar nada de lo ocurrido. Pese a la intensa búsqueda, los cuerpos de los dos niños nunca aparecen. Veinticinco años después, el hallazgo de unos restos óseos en un yacimiento arqueológico apunta a que se trata de los dos hermanos desaparecidos.

La vida de Blanca, instalada en Copenhague, dará un vuelco inesperado al recibir la llamada de Lois Lobo, periodista de El Faro de Vigo. Además de informarle de la inesperada noticia, Lois le pedirá que colabore en el reportaje que está preparando sobre el tema. Recelosa del paso que dará por la vorágine emocional que le aguarda, la protagonista volverá a As Covas, donde vivían los abuelos de Blanca y ella veraneaba de niña ajena a los problemas de sus padres. Aquel verano fue sinónimo de aventuras, juegos en el campo y baños en la ría, pero también de encuentros con algunos lugareños ocupados con asuntos turbios que cualquier niño desconocía.

Al poco tiempo de su regreso, Blanca irá al monte de Santa Tecla, donde encontraron los restos de los niños junto a pequeñas ofrendas y objetos marinos. ¿Por qué han sido dejados allí siguiendo en apariencia algún tipo de ritual? La autopsia determina que Hugo, el mayor, presenta golpes y fracturas óseas previas a su desaparición. Las incógnitas se multiplicarán a medida que pasen los días. Durante su estancia, Blanca volverá a ver a su enigmático tío Fran y visitará a su padre, el práctico Magnus, un abogado jubilado del que se separó su madre después de que Blanca, a los ocho años, se recuperase aparentemente del trauma vivido. La protagonista también verá a todos aquellos conocidos que forman parte de su infancia, feliz, hasta la desaparición de sus amigos. Junto a Lois, con el que establecerá una estrecha relación de tira y afloja, acudirá a la casa Manuel Cadavid y su esposa, los padres de los pequeños; revivirá escenas inquietantes y tiernas del pasado, y tratará de conocer la verdad de los llamados niños de Trasaugas o, al menos, qué le sucedió a Hugo y Nico. ¿Y si durante este tiempo ella misma ha albergado las respuestas?

La memoria de Blanca brindará luz a sus recuerdos olvidados, causándole un enorme desgaste y una ansiedad que tenía controlada. Lois tratará de sostenerla y darle apoyo, mientras sigue avanzando en su investigación, repleta de testimonios y confesiones inesperadas. Sus días en Galicia acercarán a Blanca a la verdad de su familia y de una comunidad donde el tráfico de drogas y el carácter cerrado de sus habitantes sigue causando estragos. El pacto de silencio aún perdura. Pero antes de que se reabra el caso y se publique el reportaje de Lois, Blanca descubrirá quién la salvó y, atando cabos junto al periodista, sabrá quién pudo terminar con la vida de los dos pequeños.

Nada que perder es un thriller diferente, impactante, que va penetrando en el ánimo del lector gracias a la maestría de Susana Fortes, una autora de gran trayectoria literaria, ampliamente reconocida por la crítica y los lectores. A través de una extraordinaria capacidad evocadora, la autora nos envuelve y logra que el lector se instale, literalmente, en el mundo interior de Blanca y en sus veranos en As Covas, un lugar imaginario inspirado en un pueblo gallego habituado a las trágicas desapariciones de niños en la ría. Nada que perder transcurre en un escenario imponente, el estuario del Miño, en la frontera entre Galicia y Portugal, donde la naturaleza aporta tanta diversión como riesgos a los más pequeños. De hecho, ese contexto tiene un gran peso en esta historia que mezcla la investigación criminal con los recuerdos infantiles y las vivencias de la protagonista. Y es que los lectores experimentarán, al igual que Blanca, la atmósfera opresiva y misteriosa de la aldea, un mundo turbio en el que los trapos sucios siempre se lavan en casa.

La novela recorre con una lúcida primera persona el paisaje atlántico, las relaciones entre padres e hijos, los años ochenta, el comienzo del narcotráfico en Galicia, los secretos familiares y los fantasmas del pasado. En el fondo se trata de asuntos a los que no se puede llegar siguiendo una línea recta. Es necesario dar un rodeo, lo que acentúa los mecanismos de la intriga. De forma habilidosa, Susana Fortes evoca la infancia de la protagonista, pero también la de los lectores mediante imágenes, lugares y objetos concretos que todos reconocemos. El recorrido emocional es una constante en toda la narración de prosa sensible y pasajes poderosos. El lector se emocionará cuando Blanca entre en la habitación de Hugo y Nico, donde sus juegos permanecen intactos; se sentirá cautivado por las aventuras y descubrimientos infantiles y compartirá las sensaciones de Blanca cercanas a la nostalgia, el desamparo, la necesidad de huir y la pérdida.

La memoria de Blanca genera tanta tensión narrativa como la que vive la protagonista al volver a As Covas y toparse con su pasado. Además, la autora logra equilibrar esa búsqueda incesante de la verdad a través de los ojos de Blanca con la investigación que lleva a cabo Lois Lobo. Las incógnitas que se muestran desde el principio se resolverán a lo largo de la novela sin perder nunca de vista una intriga creciente y diversos giros que causarán sorpresa en el lector. Con estilo tan directo como rico en metáforas y matices, Nada que perder es una oportunidad única para deleitarse con un thriller extraordinario que nos atrapa desde la primera hasta la última página. Una historia muy atlántica que conecta con las sagas de misterio nórdicas e irlandesas.

Blanca. La protagonista, independiente y alejada de los compromisos, se gana la vida como colaboradora freelance de una agencia literaria barcelonesa. Hasta ahora ha vivido a contracorriente y distanciada de su familia. Pero el confort que experimenta en tierras escandinavas salta por los aires cuando se entera del macabro hallazgo de los restos de Hugo y Nico. Ella, que estuvo desaparecida un día, se rehízo de aquel suceso sin recordar nada. El trauma se funde con la trama. El viaje que hará a Galicia no solo resultará revelador para ahondar en la tragedia, sino que le hará aflorar recuerdos y emociones que creía escondidas, además de afrontar la verdad de su familia y de una sociedad hermética.

Lois Lobo. El periodista lleva algún tiempo centrado en el caso de Hugo y Nico decidido a dar con un relato sólido y veraz sobre la muerte de los pequeños. La protagonista lo ve como un tipo de pocas palabras, curtido, algo rudo, con pinta de marinero del acorazado Potemkin del que no se acaba de fiar del todo, pero por el que, al mismo tiempo, empieza a sentirse atraída.

Hugo y Nico. Hugo, el mayor de los hermanos, es recordado por Blanca como un niño valiente, aventurero y perspicaz. Un niño que entabló una peculiar amistad con Flip, un solitario hippy holandés que vivía solo en las cuevas y coleccionaba caracolas de mar. Su cuaderno de espiral Minerva, en el que Hugo dibujaba sus personajes favoritos y anotaba ideas, contendrá algunas de las claves sobre su desaparición. Nico, más desinhibido y travieso, recibía mayor afecto de su padre Manuel Cadavid, un agricultor rudo y corpulento.

Blanch. La madre de Blanca es recodada por esta como una mujer idealista que también callaba, una mujer que tuvo la necesidad de huir y que no dudó en hacerlo, pese a esforzarse con su hija. En cualquier caso, la protagonista no le guarda ningún rencor por no haber estado demasiado presente. Su falta de sentido práctico y su tendencia a la ensoñación sacaban de quicio a su padre.

El tío Fran. El hermano de Magnus todavía habita en As Covas y sin cambiar de vida. Soltero, Fran esconde verdades que inquietan a Blanca y conserva, todavía, una caja con recortes de periódicos escabrosos y amarillentos con noticias de niños desaparecidos.

La trágica desaparición de dos niños. El presunto crimen es uno de los temas centrales de este thriller. La aparición de los restos de Hugo y Nico en el yacimiento precipitará la búsqueda de certezas y también hará que Blanca se enfrente, por fin, a ese suceso y a sus sentimientos. 

La sospecha creciente. A medida que Blanca comienza a recordar y a entrar en contacto de nuevo con los habitantes de As Covas y el entorno de sus veranos, la protagonista abordará diversas sospechas. Algunas frases escuchadas de niña ahora cobran mayor sentido.

Una comunidad cerrada y cómplice. En realidad, todos saben algo pero nadie da el paso para esclarecer los hechos. Blanca percibe el pacto de silencio, ese ver, oír y callar en la comunidad de As Covas e, incluso, entre los miembros de su propia familia. También se da cuenta de que muchas personas prefieren no querer saber para evitar problemas.

La vida secreta de los adultos. La protagonista revela la relación de sus padres, tan distintos, el desgaste de su convivencia y el impacto que tuvo en ella la separación, junto con otros secretos familiares. Aquellas señales eran imposibles de percibir por una niña de ocho años.

La amistad idealizada. A pesar del tiempo transcurrido y de la distancia física, Blanca no ha olvidado a sus amigos de As Covas. Su dolorosa desaparición es uno de los motivos, pero también que haya alimentado una visión idealizada de la infancia. Ella sigue sintiendo a ambos hermanos como cercanos.

La memoria engañosa. La protagonista reflexiona sobre cómo funciona la memoria y de qué la manera construye nuestra propia identidad, eligiendo aquellos recuerdos que más nos reconfortan y limitando los que nos provocan dolor. Un juego de luces y sombras.

Una infancia feliz e inconsciente. Para la mayoría, la infancia es un lugar seguro y amigable que tanto nos reconforta, un lugar en que solo debería caber la alegría y la despreocupación. Pero los niños son seres inteligentes y con criterio, que conocen la soledad y los monstruos.

El título, Nada que perder, remite a un poema de Elizabeth Bishop. Porque todos empezamos a perder desde muy pronto. Perdemos cosas, perdemos personas a las que queremos, perdemos las llaves de casa, las gafas, la inocencia, perdemos el Norte... De eso trata en el fondo la novela. De eso y de cómo nos las apañamos para seguir adelante.

En la entrevista personal con Susana, nos remarcó la importancia de escribir sobre aquello que se conoce, aprovechar lo que cada uno lleva en sus alforjas, y hacerlo sin olvidar el continente. Ir más allá de la trama principal, huir de una simple redacción de hechos sino narrarlos con cierta intención poética. 

Susana Fortes (Pontevedra, 1959) es escritora y articulista de prensa. Durante años ha impartido clases de Historia del Arte en Valencia. En la actualidad colabora en cursos y talleres de escritura creativa en diversas universidades.

Autora, entre otras novelas, de Querido Corto Maltés (Premio Nuevos Narradores 1994); Las cenizas de la Bounty (Espasa, 1998); Fronteras de arena (finalista del Premio Primavera 2001) y El amante albanés (finalista del Premio Planeta 2003), también ha publicado el cuaderno de cine Adiós, muñeca (Espasa, 2002) o El azar de Laura Ulloa (Planeta, 2006), galardonada con el Premio de la Crítica en la Comunidad Valenciana.

Su primer gran éxito internacional lo consigue con la novela histórica Quattrocento (Planeta, 2007) y sobre todo con Esperando a Robert Capa (Premio Fernando Lara de Novela 2009), que ha sido traducida a más de 15 idiomas. Sus últimas obras publicadas son Septiembre puede esperar (Planeta, 2017) y el libro de recuerdos Tal como éramos (Ézaro, 2021).

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“No quiero olvidar todo lo que se” de Tània Balló

9/14/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

Un nuevo título en el que Tania Balló explora aún más en la lucha personal y el sacrificio profesional de “Las Sinsombrero”, aquel grupo de mujeres artistas e intelectuales españolas que fueron desterradas al olvido durante su exilio en los años de la Guerra Civil.

¿Cómo se asume en el exilio que no vas a regresar en largo tiempo a tu tierra? ¿Cómo y cuándo se gesta el olvido? ¿Por qué la obra e historia de Las Sinsombrero, intelectuales y artistas españolas en el exilio, no se ha recuperado y reivindicado en democracia? ¿Por qué se nos ha privado de esa genealogía femenina? 

Entre los desastres que nos depara la guerra, exiliarse para en muchos casos no retornar jamás al terruño es de los más dolorosos. Nuestra Guerra Civil expulsó a medio millón de españoles vencidos, de los que una gran parte eran mujeres. Periodistas, poetas, pintoras, novelistas, científicas, maestras…; muchas ya habían alcanzado notoriedad en nuestro país, antes de cruzar los Pirineos en la huida urgente por el franquismo y repartirse luego por el mundo, donde casi en su totalidad las borró el olvido. La mayoría se enfrentó a una dura lucha por la supervivencia propia y de los suyos, a maternidades en soledad, a ser el único sostén ante innumerables penurias… Por ello, debieron postergar sueños, vocaciones, incluso las profesiones o actividades públicas que desempeñaron libremente antes de la guerra. 

Tània Balló recupera en este nuevo volumen de Las Sinsombrero las peripecias que tuvo que asumir un gran número de mujeres, la estancia en los campos de refugiados, la búsqueda de familiares perdidos, la adquisición de un billete de ida a algún país americano para poner en pie una nueva vida, apoyándose en otras compañeras con las que crearon redes de solidaridad y comprensión. Son los ejemplos de las vidas hermosas y terribles de María Dolores Arana, Luisa Carnés, Mada Carreño, Magda Donato, Cecilia G. de Guilarte, Concha Méndez, Silvia Mistral, Carlota O’Neill y Ruth Velázquez. Ellas representan un drama callado, oculto, que debe alcanzar el lugar que le corresponde en la memoria de nuestro país. Para Balló esta investigación ha sido un aprendizaje continuo: «Sumarme a la ola de recuperación de muchas de estas figuras es un privilegio. Retengo cada charla, conversación, gesto que comparto con sus hijas, sobrinos, nietas y nietos. Les debo tanto. Son generosas y generosos conmigo. Escribo mientras busco, busco mientras escribo. Una carta, un documento, un audio, una fotografía. Fue emocionante tener la oportunidad de descubrirlas a partir de la memoria de quienes compartieron sus vidas, algunas veces sentadas en esos mismos hogares en los que, día a día, a pesar de las circunstancias, luchaban por mantener sus sueños».

La huída de las mujeres se refleja en sus líneas de manera magistral: «...Todas estas mujeres vivieron experiencias muy parecidas, todas huyen por los mismos caminos de hambre, frío y muerte, dejando atrás un país, el suyo, que ahora se ha convertido en su peor enemigo, a pesar de que se resisten a esa realidad. Todas ellas verbalizan en algún momento de su testimonio la absoluta seguridad de que España pronto será recuperada, que la derrota es simplemente un espacio de transición. Para miles de refugiados, Francia representaba el fin del calvario; allí por fin a salvo, solo tendrían que procurar curar las heridas del alma. Pero, por desgracia, no fue así. En ese sentido, los testimonios de Mistral y Carnés son profundamente críticos con el trato recibido por parte de la gendarmería y las instituciones galas, como también por una parte de su población. Al leer estos fragmentos, estos testimonios, no puedo sino preguntarme ¿por qué?, ¿por qué este trato a una población que huía de la guerra con el único objetivo de sobrevivir, sin más arma que la esperanza? Pero ahora, ochenta años después, enciendo mi televisor o accedo a mis perfiles en redes, y me doy cuenta de que hoy seguimos igual que ayer, instalados en la sinrazón, permitiendo que mujeres, hombres y niños deambulen por los caminos del mundo, huyendo de la barbarie, negándoles el derecho legítimo a vivir en paz y libertad. En los cuatro textos memorialísticos tratados en este capítulo, hay una idea que se repite: la mujer se convierte en el sujeto histórico, en el centro del discurso literario, sobre el cual pivotan todas las hazañas, vitales y emocionales. Ellas están descritas como un bloque en sí mismo, un batallón comunitario que, derrotado, avanza hacia un nuevo frente, donde, sin lugar a dudas, le espera una nueva batalla. Para ellas la guerra aún no ha terminado. Esa conciencia sorora es, a mi modo de ver, el fruto de un ideal al que todas estas mujeres sucumbieron durante los breves años de proyecto republicano; un feminismo transversal, social y cultural que, sin tener una base unísona, fue asumido con entusiasmo y devoción por esta generación...»

Ellas ya crearon círculos de sororidad: “..El exilio fue duro, muy duro. Creo que es de las enseñanzas más importantes que me deja la escritura de este libro. Al desarraigo se le sumó el trauma de años de guerra, la pérdida de seres queridos de los que nunca se pudieron despedir. El volver a empezar, sin querer empezar de nuevo y teniendo como único hogar lo que fueron capaces de guardar en una maleta. Pero si el sufrimiento fue real para todas y todos, no podemos negar que las mujeres fueron capaces de generar más recursos para la subsistencia, tanto vital como emocional, que ellos. Mientras muchos de los hombres ilustres que marcharon al exilio se negaron a abandonar sus anhelos creativos, ellas, casadas o no, no lo dudaron y, a pesar de su desánimo, salieron en busca de trabajo...”

También estas mujeres pusieron en marcha otro recurso: la amistad. En el exilio se generaron grandes lazos de alianza que se convirtieron en el más auténtico y valeroso espacio común entre las mujeres refugiadas. Cuidar, proteger, animar, crear tuvieron que ser sus insignias, porque esto mismo hicieron, y sin vacilar. La amistad es una característica de esta generación de mujeres. En España, en sus inicios, tuvieron que apoyarse mutuamente para poder ser reconocidas como artistas e intelectuales ante una sociedad que negaba su legítimo derecho a ser ellas mismas. Ahora, en el exilio, de nuevo, la amistad se presenta como la única manera de romper la enorme soledad que las acompaña. Lejos de las familias, estas mujeres tienen que afrontar el devenir de sus vidas sin red. La maternidad, el matrimonio, el trabajo, los divorcios, la muerte. Pero no se dan por vencidas. Ellas se ayudan. Esa es la única forma de supervivencia.

Un nuevo espacio común fueron las relaciones epistolares transoceánicas. ”...Silvia tuvo que buscarse la vida para poder tener algo de dinero. Y, para variar, ella no pudo mantener un grado de intensidad muy alto en su actividad intelectual al tener como prioridad la estabilidad familiar. Lo hemos visto en tantas ocasiones…” Y, sin embargo, Silvia, como tantas otras mujeres, se esfuerza por no perder su propia identidad y trata de compaginar con la familia, en la medida de lo posible, sus dos grandes pasiones: la literatura y el cine. De todos modos, su actividad literaria siempre aparecía lastrada por la vida familiar. 

Hay una circunstancia que une a Silvia Mistral y Cecilia G. de Guilarte por encima de todo una sensación de desarraigo de una existencia que queda lejos de aquella soñada en su juventud. Una vida impuesta después de ser arrancadas del lugar, físico y emocional, que ellas, mujeres libres e independientes, habían proyectado: «...Sin haber escogido el lugar llegamos a él para luchar denodadamente por la subsistencia, en muchas ocasiones abandonando nuestra verdadera vocación: en otras circunstancias, yo hubiera escrito solo novelas, libros…», le escribirá Guilarte a Mistral en 1974. 

Es una constante sensación de no pertenecer a nada y, por consiguiente, no ser reconocida por nadie. A las puertas de entrar en esa última fase de la vida, miran atrás y no saben quiénes son. Ahora que las hijas e hijos ya son mayores, ahora que cuentan con eso que tantas veces anhelaban, tiempo…, ahora no sienten que tengan nada que contar, han perdido su identidad como autoras, la vida les ha tomado el relevo. Esa sensación no es exclusiva de nuestras dos protagonistas. Otras muchas mujeres intelectuales que partieron al destierro sufrieron por estas mismas edades profundas depresiones: Maruja Mallo, María Dolores Arana o Concha Méndez son un ejemplo. De algún modo, tengo la sensación de que, para estas mujeres, que durante los años de la España republicana habían conseguido cuotas de libertad e independencia, el exilio representa una jaula doméstica. La domesticidad las domina, afirma tajante la autora.

Tània Balló (Barcelona, 1977) es cineasta, escritora y gestora cultural. En su filmografía destacan la trilogía documental sobre Las Sinsombrero (Balló, Torres, Jiménez-Núñez, TVE, 2015-2021), las mujeres de la Generación del 27 —un proyecto multidisciplinar con un gran impacto social y cultural—, El caso Wanninkhof–Carabantes (Netflix, 2021) —en el que se acerca, desde la crítica mediática, el relato policial y el feminismo, a dos crímenes que marcaron el paso de los años 90 a los 2000 en España. Ha publicado los siguientes libros: Las Sinsombrero. Sin ellas, la historia no está completa (Espasa, 2016), Las Sinsombrero 2. Ocultas e impecables (Espasa, 2018), Les Combatents. La història oblidada de les milicianes antifeixistes (2021) y Alicia y las Sinsombrero (2021). Asimismo, se ha encargado de la edición, junto a Gonzalo Berger, de Querido diario: hoy ha empezado la guerra, de Pilar Duaygües (Espasa, 2017). Tania Balló es sin duda la responsable de que el gran público conozca a Las Sinsombrero, apelativo con el que ella engloba a las mujeres artistas españolas que, a partir de los años 20 y 30 del siglo XX, rompieron moldes a pesar de unas circunstancias durísimas. Sus documentales sobre las mujeres de la generación del 27, las artistas que, contra viento y marea, siguieron trabajando en la posguerra, y sobre las que tuvieron que marchar al exilio al final de la Guerra Civil han alcanzado una amplia repercusión. En su faceta como comisaria de exposiciones, ha sido responsable de las siguientes muestras: junto a Gonzalo Berger, No Pasarán. 16 días Madrid 1936, organizada por la Oficina de Derechos Humanos y Memoria del Ayuntamiento de Madrid, Casa de la Panadería, abril-junio de 2018 y Museo Virtual de la Mujer Combatiente, proyecto digital de investigación e impacto social, abril de 2021. Individualmente, está a cargo de la exposición de Las Sinsombrero, organizada por el Teatro Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa, en octubre de 2022 en Madrid.

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Reseña de “Amores de leyenda” de María Pilar Queralt del Hierro

7/20/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

Reales o legendarias, las historias de amor que desfilan por las páginas del nuevo libro que acaba de publicar la editorial Almuzara, Amores de leyenda, derribarán algunos de los mitos que hay en torno a las más célebres uniones sentimentales de la historia.

Se trata de una obra de María Pilar Queralt del Hierro en la que narra la intrahistoria de cuanto aconteció en la vida sentimental de los diversos protagonistas de esta obra que, en muchos casos, distan de lo que el imaginario colectivo creó en torno a estos singulares romances.

Una circunstancia que, según la autora, ocurre con Dante y Beatriz, que, a pesar de lo que se pueda creer, apenas se conocían; o con Eduardo VIII quien afirmó que abdicó por no poder reinar sin la compañía de la mujer que amaba, cuando realmente fue Churchill el provocó su alejamiento del trono alarmado por sus simpatías filonazis.

Tampoco parecen corresponder a los amantes de Teruel las momias con que se los identifica ya que están datadas en el siglo XV, cuando los protagonistas vivieron en el XIII. Sorprenderá saber que Abelardo, filósofo y teólogo, fue castrado por sus amores con Eloísa quien, tras profesar como monja, le escribió apasionadas cartas de amor; que la pasión que Camille Claudel sintió por Rodin la llevó a la locura; o que una enamorada Nadejda protegió desinteresadamente la carrera de Tchaikovsky pese a saber que su amor era imposible dado que el músico era homosexual.

En definitiva, Amores de leyenda es un libro que desvela muchas de las grandes pasiones que han jalonado la historia. En algunos casos, desconcertarán como la compleja relación entre Pierre Bergé e Yves Saint-Laurent, en otros, decepcionarán como saber que Isabel de Baviera, Sisi, nunca amó a Francisco José I de Austria, un emperador que se declaraba «enamorado como un cadete”, y en otras, emocionará como Pierre y Marie Curie o Cósima Liszt y Richard Wagner.

María Pilar Queralt del Hierro (Barcelona) Es licenciada en Filosofía y Letras, especialidad en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Ha publicado entre otras muchas obras las biografías Madres e hijas en la Historia, Tórtola Valencia, una mujer entre sombras, Isabel de Castilla, reina mujer y madre, Mujeres de vida apasionada o Agustina de Aragón, la mujer y el mito. En 2011, publicó Las mujeres de Felipe ll, que le valió el IX Premio Algaba de Biografías, Autobiografías, Memorias e investigaciones Históricas, título al que siguieron Reinas en la sombra, Los caballeros de la reina y La sombra de Sissi. Asimismo ha realizado incursiones en el ámbito de la novela histórica con Los espejos de Fernando VII, Inés de Castro, La rosa de Coimbra o Las damas del rey, entre otros.

Sus libros han sido traducidos al portugués, rumano, inglés, francés, alemán, ruso e italiano.
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Reseña de “Tiempo de tinta y ceniza” de Lidia Herbada

7/13/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

Una historia imposible de amor verdadero que nos adentra en el Madrid que se esfumó con la guerra. Una ciudad llena de contrastes, diferencias ideológicas, amor, pasión y libertad.

En palabras de la propia autora: “...Siempre he vivido en esas mismas calles de Madrid por las que hago al lector viajar en la novela y he soñado con esos años con los contrastes que sus gentes vivían, entre el progresismo y la España más tradicional. Esta novela es un ejercicio por entender ese Madrid que se esfumó con la guerra...”

Tiempo de tinta y ceniza se adentra en la memoria de un momento de luces y sombras, al son de las vidas opuestas de las hermanas Galiana, una de ellas habla desde el arte, la pasión y la libertad, y la otra con la aguja y el dedal hilvanando su dote, donde el amor entrará en sus vidas y la guerra apagará el fuego convirtiéndolo en astillas. Nos narra una nueva perspectiva, íntima y cercana, de las décadas veinte y treinta en una ciudad que se abría al futuro con esperanza: descubriremos la Casa de la Flores donde Neruda llega como cónsul, allí entre jamón y vino prepararan tardes de recitales y jarana hasta el anochecer, junto a Alberti, Cernuda y Lorca que les deleitara con su voz acompañada del piano.

Conoceremos a las primeras mujeres que rompieron con las reglas establecidas, se quitaron el sombrero y recorrieron los primeros pasos en libertad, por las verbenas de Madrid, los cines, teatros y cafés literarios.

Sin embargo, pronto la guerra llegó y enterró los sueños de los personajes de esta historia... Será entonces cuando explotarán los secretos del pasado y nacerá la posibilidad de que el amor reviva entre las cenizas.

“…Ricardo estiró un brazo y apagó un interruptor, buscó con su mano la mano de Carmen y la apretó con fuerza transmitiéndole que estuviera tranquila, que él estaba con ella...”

Lidia Herbada nació en Madrid. Es licenciada en Ciencias de la Información y especializada en tecnología I+D+i, aunque su carrera también se ha encaminado hacia el mundo del arte, la fotografía y la publicidad. En 2010 empezó a publicar relatos y novelas que han sido galardonados con importantes premios literarios, entre ellos el Premio Internacional Lobher.

Su primera novela, 39 cafés y un desayuno, fue alabada por público y crítica y se convirtió en una de las novelas más vendidas en Italia y Alemania.

Blog de Violant Muñoz i Genovés:
https://agmediatica.wixsite.com/violantpiulant
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“El cielo sobre Canfranc” de Rosario Raro publicado por Planeta

6/29/2022

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Por Violant Muñoz i Genovés

“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos” La frase de Ingrid Bergman en Casablanca expresa gráficamente las dificultades del amor en un contexto de guerra. Pero esas dificultades son aún mayores cuando los amantes pertenecen a bandos enfrentados, como les ocurre a los protagonistas de esta novela: una joven española que colabora con la Resistencia francesa y un también joven soldado alemán.

“El cielo sobre Canfranc” es, desde luego, una hermosa historia de amor en tiempos de guerra. Pero es muchas más cosas: una historia de solidaridad humana, un capítulo negro del primer franquismo, una indagación en los aspectos más oscuros del ser humano (la corrupción, el afán de dominio, la pederastia), un relato sobre la superación de las adversidades.

Este cúmulo de asuntos está marcado en unas coordenadas espaciotemporales de singular atractivo. El marco geográfico es la estación de Canfranc, un enclave en la frontera del Pirineo del Alto Aragón, en la región oscense de La Jacetania, que, en tiempos de guerra, adquirió una importancia esencial. Canfranc era la gran esperanza para muchos perseguidos por el régimen nazi, judíos sobre todo, pero no solo ellos; era la última etapa de su odisea y la primera de la libertad que ansiaban. Significaba la entrada en un país amigo de Alemania, pero oficialmente neutral al principio y no beligerante después, a través de una ruta relativamente tranquila para llegar a Lisboa y, desde allí, a América. En palabras de la propia autora “...Canfranc significó libertad y esperanza por encima de todo...”.

En cuanto al momento histórico, son las vísperas del final de la Segunda Guerra Mundial. Estamos en abril de 1944, cuando la guerra se ha inclinado ya claramente del lado de los Aliados y faltan unos días para el decisivo desembarco de Normandía, que significará el principio del fin de la guerra y del régimen de Hitler. La proximidad de ese final no hace sino intensificar la crueldad de ésta, mientras se suceden los bombardeos aliados sobre ciudades alemanas y el retroceso del ejército alemán adquiere por momentos aires de desbandada. 

Si la estación de Canfranc era ya de por sí un entorno suficientemente atractivo (“...tiene una belleza extraña, como si fuera el último palacio en pie de un imperio que ya no existe...” se describe en la novela) la coyuntura que se vivió en esos años la convirtió en un lugar especial: era fronteriza y el régimen español simpatizaba con Alemania. Ambas cosas hicieron que la frontera fuera porosa y que hubiera fuerzas alemanas en territorio español.

En aquella enorme estación internacional de doble nacionalidad, cuyo edificio central media 241m de largo coincidieron policías españoles, guardias civiles, gendarmes franceses y soldados alemanes, además de personas que huían de la persecución nazi mucho más discretos, y miembros de la Resistencia francesa igual de invisibles. Por allí circuló el wolframio que España vendía a Alemania y el oro con el que se pagaba.

Un detalle contribuía a que el ajetreo de personas y mercancías fuera mayor. Como el ancho de las vías españolas y francesas era distinto, era forzoso cambiar de tren, lo que obligaba a los viajeros a apearse, cruzar andando al otro lado y esperar unas ocho horas mientras las mercancías eran igualmente trasladadas.

Nos encontramos pues en uno de los puntos más importantes de las redes de evacuación de la Resistencia que cruzaba los Pirineos. No es exagerado calificar de héroes a los hombres y mujeres que participaban en estas actividades. Fueron héroes forzados por las circunstancias, pero eran seres humanos normales, con sus proyectos, sus familias y sus vidas tranquilas hasta que las truncó la guerra. “El cielo sobre Canfranc” cuenta la historia de una de aquellas heroínas: Valentina Báguena.

Esta joven, mientras sueña con estudiar Magisterio, vive con sus padres y colabora con la Resistencia francesa como correo y apoyando a los evadidos, movida por un impulso de solidaridad humana más que por ideas políticas. La ayuda a los que huyen del nazismo es difícil, arriesgada y dramática. La novela describe vívidamente la angustia de la espera, con personas vulnerables, desde ancianos a bebés de pocos días, instalados clandestinamente en una habitación (la habitación bisiesta) del Hotel Internacional, en la segunda planta del monumental edificio ferroviario en el que trabaja Valentina. Un día, en una de sus misiones, tropieza con Franz un paracaidista alemán que acaba de descender al bosque por el que ella se mueve. El solo ve en ella a una joven atractiva a la que intentará acercarse desde ese momento. Ella, sin dejar de sentirse también atraída, ve en él a un enemigo; de modo que la sospecha y la desconfianza se instala desde el primer momento en la relación que van a iniciar.

Como en la vida real, los personajes de esta novela son capaces de los comportamientos más diferentes y complejos. No es solo que unos arriesguen su vida para salvar la de sus semejantes y otros se aprovechen de la desgracia ajena, sino que un personaje como el Delegado de Auxilio Social es, además de corrupto, pederasta; y otro como la enérgica falangista, jefa de la Dirección General de Propaganda, que muestra con sus actitud la rivalidad y los recelos entre los dirigentes franquistas, es capaz de imponer sus sentido de la verdad y la justicia por encima de bandos e ideologías. También descubriremos la subtrama verídica de un incendio que arrasó el pueblo de Canfranc, y la solidaridad que hubo en todo el país que supuso la recaudación de una gran cantidad de dinero que jamás llegó al pueblo, prueba de ello es que la parte antigua de Canfranc jamás ha sido reconstruida. 

Rosario Raro, escritora y profesora de Escritura Creativa y Lengua Española en la Universidad Jaume I, vuelve con esta ficción al territorio mítico de su exitosa novela “Volver a Canfranc” Su obra ha sido traducida al catalán, japonés y francés. Y en breve una de sus novelas se publicará en árabe.

© Violant Muñoz
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“La  cortesana fiel” de Isabel Rábago publicada por Espasa

6/15/2022

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Violant Muñoz i Genovés

               «...Madre, no nacimos para ser sumisas. Somos histriónicas, altivas, soberbias,
               descaradas, provocadoras. Ese es nuestro poder. Soy Verónica Franco y soy, y
                                          siempre seré, la dueña de mi propio destino...» 


Sara, asesora y amante de un reputado político de las nuevas generaciones de su partido, que aspira a presidirlo como primer paso para llegar a La Moncloa, se escapa con frecuencia del trabajo para visitar el Museo del Prado. En una exposición temporal queda fascinada por la Dama descubriendo el seno, de Domenico Tintoretto. ¿Quién es esa mujer que se muestra con tal descaro, hermosa, altiva, incomparable? Los estudiosos creen que se trata de Veronica Franco, una de las «cortesanas honestas» más deseadas e influyentes de su época, prostituta culta, refinada, amante de pintores, nobles y reyes, conocida y respetada poeta. Al regresar al Congreso le habla con entusiasmo a su amado de aquella increíble mujer y este, en un acto temerario, le propone una escapada a Venecia, donde podrán pasear su amor sin trabas y aprender más cosas sobre la cortesana. Y mientras la joven amante se obsesiona con Veronica, con quien se siente identificada, unas agendas que muestran la corrupción de uno de los partidos históricos del panorama español y las fotos muy comprometedoras que les ha tomado un paparazzi los esperan a su regreso con todas las sucias armas de las cloacas del Estado. 

Isabel Rábago, con la maestría demostrada en Las últimas cortesanas, desgrana en esta novela las múltiples cadenas que anulan a las mujeres, ya sea en el fascinante mundo de las cortesanas venecianas del siglo XVI o en la política actual. 

La cortesana fiel está narrada en tercera persona omnisciente. Se estructura en 53 capítulos y un prólogo, que están titulados con frases que hacen referencia al contenido de cada uno de ellos. Los capítulos situados en el pasado y en el presente se alternan sin un orden determinado. 

La acción de la novela discurre en dos momentos históricos distintos, unidos por la figura de Veronica Franco, personaje real en uno de los hilos y referencia pictórica e histórica en el otro. El primero de esos hilos nos lleva a la Venecia del siglo XVI. Comienza in medias res, en el prólogo, cuando Veronica Franco es detenida, acusada de brujería, y debe declarar ante un tribunal, con la pena de muerte como posible condena. A partir de ahí, la novela recorre su vida y la relación con su madre, Paola Fracassa, y con una joven pupila, Francesca. A través de ellas conocemos la figura de las «cortesanas honestas» y los entresijos de la política y la sociedad de una de las repúblicas más importantes del Renacimiento. El segundo hilo discurre en la actualidad, entre Madrid y Venecia. Se entrelazan dos tramas, una historia de amor clandestino y otra sobre la lucha descarnada —con zancadillas, chantajes y filtraciones interesadas— por hacerse con la presidencia de un partido político. 

Prácticamente todos los personajes del hilo argumental situado en el siglo XVI son reales. Muchos de los acontecimientos narrados, también. La autora recrea la época a partir de una exhaustiva documentación y ofrece posibles explicaciones a hechos para los que no disponemos todavía de una versión oficial y reconocida. Los personajes y los sucesos del hilo actual, en cambio, han surgido de la imaginación de la autora, inspirándose, eso sí, en nuestra realidad política y mediática. 

Integradas en la narración aparecen numerosas referencias culturales. En especial, arquitectónicas, pictóricas y literarias. La Venecia del Renacimiento se ve perfectamente retratada a través de los lugares que visitamos, de las obras de arte que contemplamos —de Tintoretto, Tiziano o El Veronés, entre otros— y de los comentarios sobre libros fundamentales de aquel periodo, con El Decamerón, de Bocaccio, a la cabeza. En un bonito juego de espejos, muchas de las obras que se están pintando o construyendo en el hilo argumental de Veronica Franco, las contemplamos en las exposiciones, los palacios y los museos que visita Sara en el otro hilo. 
Este juego de espejos funciona a muchos otros niveles. Vemos los palacios cuando eran mansiones vivas y en la actualidad, convertidos en atracciones turísticas; las vidas de Veronica y de Sara tienen puntos en común; la política está llena de trampas e intereses bastardos en el siglo XVI y en el XXI, también. 

Veronica Franco (1546-1591) estuvo considerada la mujer más importante de la Venecia de la segunda mitad del siglo XVI. Era «cortesana honesta» y poeta, una mujer bella y fascinante, y con una cultura tan extensa que sus reflexiones u opiniones ponían en apuros a los varones que no estaban acostumbrados a debatir con damas. Su fama traspasó fronteras. En la novela, Isabel Rábago rememora el episodio de la visita a Venecia del joven duque de Orleans, duque de Anjou y rey de Polonia por aquel entonces. Vástago del rey de Francia Enrique II y de la reina regente, la gran Catalina de Médici, a oídos del futuro Enrique III de Valois habían llegado los rumores sobre la belleza, la educación y los versos de Veronica. Sus embajadores solicitaron a las autoridades de la República Serenísima que mediaran para que la cortesana atendiera al futuro rey de Francia. Servicios que fueron holgadamente recompensados. 

En su juventud, Veronica Franco se casó, en un matrimonio concertado, con PAOLO PANIZZA, un médico perteneciente a una conocida familia veneciana. Paolo era jugador, juerguista y maltratador. La indiferencia inicial por su nueva esposa dio paso al control, a las malas palabras, a las prohibiciones, a los encuentros violentos y forzados en el lecho conyugal, y a las agresiones físicas. El matrimonio duró dos años, para ella toda una eternidad. Un buen día regresó a casa de sus padres y solicitó la devolución de la dote. Tras aquel matrimonio fallido, Veronica asumió que ningún hombre en su sano juicio la volvería a esposar. Pero a ella poco le importaba: el día que puso fin a su matrimonio decidió tomar las riendas de su vida, ser la dueña de su destino. Vivía cerca de la iglesia de Santa María Formosa, donde todos los días se confesaba y suplicaba al Señor que la protegiera y guiara en su destino. Una cita en la que Veronica rezaba hasta que consideraba que había alcanzado el perdón divino. Y así, renovada y libre de pecado, se dirigía a su palacio, en donde retomaba su actividad. Se trataba de un precioso edificio en el que recibía a sus patrocinadores y mecenas. Entre los muros de su hogar, casi cada noche reunía a políticos, pintores, escritores, príncipes, dignatarios de la iglesia, mercaderes... Buena parte de la aristocracia de la ciudad había disfrutado de su hospitalidad y de los placeres entre sus sábanas. El palazzo de la Franco era un centro neurálgico de la cultura. Entre vinos, música y poesías, se debatía y decidía sobre los asuntos más importantes del país. Allí las opiniones se vertían sin miedo a ser censuradas. En La cortesana fiel, Isabel Rábago recrea también la posible relación de Veronica con el pintor Jacopo Comin Tintoretto y las circunstancias que rodearon al sensual retrato que se titula Dama descubriendo el seno (imagen de arriba, Museo del Prado). 
Palacio de la Serenísima República de Venecia, octubre de 1580:

Veronica Franco fue detenida en su espectacular palacio próximo a la iglesia de Santa María Formosa. Sin tiempo de reacción y sin explicación alguna, había sido arrestada por la Santa Inquisición. Venecia despertaba con su cortesana más admirada y envidiada entre rejas. A aquellas horas la noticia de su detención ya habría llegado hasta la mismísima Roma. Veronica estaba segura de que su madre y su pupila Francesca ya habrían avisado de tal agravio a sus poderosos amigos y que estarían moviendo cielo y tierra para acabar con aquel infierno. En la Boca de la Verdad, un buzón de denuncias, se había recibido una carta anónima en la que se le acusaba de practicar la brujería. Lejos de amilanarse, Veronica se dirigió serena pero desafiante al tribunal: «¿Queréis que suplique clemencia, señorías? No, no lo haré. ¿Queréis que ruegue por mi vida? No, no lo haré. ¿Queréis que implore ante la Serenísima? No, no lo haré». 
Madrid:

Al menos una vez al mes, Sara se pierde en las salas del Museo del Prado. Esa mañana, aprovechando que su jefe está ocupado hasta última hora, decide ir a visitar la nueva exposición sobre «Las pasiones de Venecia», una de las más ambiciosas del museo en los últimos años. Y allí la descubre: una mujer retratada con gran delicadeza por Tintoretto. En su expresión hay algo aristocrático; su rostro desprende una sensualidad, elegancia y belleza difíciles de describir. Enseña un pecho, en un gesto erótico, provocador, impropio de una alta dama veneciana. De vuelta al Congreso, hay tormenta en su grupo parlamentario. El presidente del partido quiere dejar el cargo. Pelayo Arjona, el portavoz parlamentario y jefe de Sara, es quien suena para sucederlo. Está exultante y apenas ella entra en el despacho, la abraza y hacen el amor. Finalizado su apasionado encuentro, y mientras se recomponen la ropa, Sara le relata su experiencia en el Prado. Risueña y divertida, le narra cómo las pinturas de los sobresalientes maestros venecianos le han descubierto a unas bellas mujeres que se hacían llamar «cortesanas honestas», y que una de ellas la ha cautivado en especial. Pelayo, satisfecho y optimista, le propone viajar a la ciudad de los canales y visitar los escenarios en los que vivió aquella dama. Será un respiro antes de preparar el asalto a la presidencia del partido. Lleva mucho tiempo esperando este momento y el destino se lo ha servido en bandeja. La lucha que se avecina va a ser sin cuartel y sin prisioneros. El viaje de los amantes se filtra y Elena Sánchez, una rival muy peligrosa del aparato, toma cartas en el asunto, enviando a un paparazzi para que siga a los tortolitos por Venecia e inmortalice su amor en fotos y vídeos. Al mismo tiempo, una peligrosa agenda con anotaciones sobre supuestos pagos ilegales a dirigentes del partido acaba en la mesa de Santi Rodríguez, el jefe de la sección de Política del periódico Patria, el más leído de España. 

Nada hace presagiar a los dos amantes que aquel viaje a la bella Venecia va a cambiar para siempre sus vidas. La política y la personal. 

VENECIA es un personaje más de la novela. Un personaje omnipresente, además. Tanto en el hilo argumental que discurre por el siglo XVI como el que tiene como marco temporal la actualidad. En algunos casos, Veronica y Sara recorren los mismos escenarios con más de cinco siglos de diferencia, en especial, el PALACIO DUCAL. Allí, en los pasillos de los camerotti de PIOMBI, la temida e inexpugnable cárcel de la Serenísima República de Venecia, empieza La cortesana fiel. En esta cárcel fueron encerrados varios personajes ilustres como Giordano Bruno, Silvio Pellico, Daniele Manin, Nicolò Tommaseo y Giacomo Casanova.
 

Mientras que Veronica nos describe, sobre todo, la SALA DELLA BUSSOLA —de la brújula, en castellano— del Palacio Ducal, en donde se reúne el tribunal que la juzga, Sara y Pelayo nos lo muestran en todo su esplendor como una de las grandes atracciones turísticas de Venecia. Uno de los elementos destacados de los escenarios es que con Verónica los vivimos, mientras que con Sara los admiramos. 

El lugar más importante de Venecia a efectos narrativos es el barrio que rodea a la IGLESIA DE SANTA MARÍA FORMOSA, en donde estaba situado el palazzo de los Franco. Se trata de un templo erigido en 1492, con diseño renacentista. La llamativa cúpula es una reconstrucción del siglo XVII, puesto que un terremoto acabó con la original. 

Otro escenario que visitamos en el pasado y en el presente es la SCUOLA GRANDE DI SAN ROCCO, que se acabó de construir en la década de 1560. En 1564, Tintoretto recibió el encargo de decorar la escuela. Lo hizo con un maravilloso ciclo de lienzos, que representa para Venecia lo que la Capilla Sixtina para Roma. Sara protagoniza allí una escena fundamental para el desenlace de la novela. 

El recorrido por Venecia de Sara y Pelayo adquiere para el lector un inesperado tono de suspense porque sabe que un paparazzi está siguiendo sus pasos por, entre otros lugares, la basílica de SANTA MARÍA DE LA SALUD y la PLAZA DE SAN MARCOS, en donde disfrutan del famoso CAFFÈ FLORIAN. Es sorprendente, a los ojos de los turistas actuales, descubrir que en el PUENTE DE RIALTO se concentraba la prostitución de más bajo nivel, como le enseña Veronica a Francesca. 
MADRID es el otro escenario actual de la novela, el campo de batalla política en la que están implicados casi todos los personajes. El MUSEO DEL PRADO y el PALACIO DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS destacan por encima de otros lugares citados. 

Podemos caer en la tentación de considerar a las «cortesanas honestas», cortigiane oneste en italiano, como unas simples prostitutas de alto nivel en aquella época. Pero eran mucho más que eso. Casi todos los cuerpos femeninos desnudos de las obras de la Escuela de Venecia se parecen en sus peinados, en sus adornos, en las joyas… y en la actitud, muy diferente a la de las recatadas damas de la alta sociedad. Esas figuras descaradas eran las «cortesanas honestas» más famosas de Italia. En la imagen, Veronica Franco fue pintada como Danae, por Tintoretto; se conserva en el Museo de Bellas Artes de Lyon. 

Se trataba de mujeres excepcionales, que satisfacían los deseos sexuales de los autores y, además, posaban para ellos. Eran cultas y poderosas. 

«Tengo la extraña sensación de que no eres consciente de quiénes somos, de cuál es nuestro papel en la sociedad ni de a qué aspiramos, querida Francesca», le dice Paola Fracassa a la joven pupila de Verónica. 

«Nosotras somos mujeres especiales, excepcionales», le explica. En su casa destacaba la impresionante biblioteca, con títulos de todo tipo, desde autores clásicos en latín hasta ediciones contemporáneas de El Decamerón, de Bocaccio, en italiano florentino. Aquel era el lugar en el que Francesca pasaría más horas: leyendo, estudiando historia, arte, música, poesía. También fue instruida en finanzas, en leyes y en protocolo. 

Durante su formación, Verónica aprendió que nada en las cortesanas era casual, ni nada debía dejarse al azar ni al destino. Sus ropas tenían que ser elaboradas y diseñadas con las mejores telas, pieles, brocados y sedas del mercado. Sus diseños debían ser elegantes, vistosos y caprichosos. Sus escotes vertiginosos y lo suficientemente al límite de sus pezones como para despertar y alimentar las fantasías de los nobles, políticos, jueces, comerciantes o reyes que compartieran con ellas tan solo unas horas. Sus cuellos y sus trabajadas cabelleras se adornaban con fastuosas joyas. Las perlas eran las piezas más codiciadas y las cortesanas las utilizaban para marcar su territorio y estatus en la feroz lucha que existía entre ellas por ocupar los puestos más altos del escalafón. 

Cuando la joven Verónica estuvo preparada, Paola la inscribió en el libro Tariffa delle puttane, un registro escrito en prosa, a modo de sátira, en el que aparecían los nombres de las prostitutas venecianas con sus tarifas correspondientes según su categoría. Luego se publicó el Catalogo de tutte le principal e più onorate cortegiane de Venetia. En él aparecían las prostitutas en función de su rango, que, en el caso de las «cortesanas honestas», era todo un privilegio puesto que ellas ocupaban los primeros puestos. Se trataba además de un reducido grupo formado por poco más de doscientas mujeres en Venecia. 

«La infidelidad, algo presente en su vida desde hacía tan solo unos meses y que había descolocado por completo su existencia», se dice de Sara. 

En un juego de mundos paralelos, casi todos los personajes masculinos de La cortesana fiel son infieles, en el siglo XVI y en la actualidad. Prácticamente todos los clientes de Veronica, excepto los eclesiásticos, estaban casados. Y Pelayo y Santi tienen parejas oficiales, el primero por vínculo matrimonial, a las que ponen los cuernos de forma habitual. Las mujeres de la novela, en ese sentido, son más honestas —como proclaman las cortigiane— y toman las riendas de su sexualidad desde la independencia, como la misma Verónica, Sara o Marta. 

Las secretarias del partido, que se reúnen al mediodía en la sala del café para cotillear, bromean con que, cualquier día, se sentarán en algún plató de televisión dedicado a la crónica del corazón para desvelar los idilios, rollos y alguna que otra longeva aventura extramatrimonial, que hará temblar los cimientos de los matrimonios perfectos de los políticos de una de las formaciones más importantes y tradicionales de España. 

La fidelidad tiene, en la novela, otra vertiente: la política. La ambición de los supuestos delfines llamados a suceder a un presidente con fecha de caducidad se manifiesta en unas maniobras sucias que Isabel Rábago describe de una forma descarnada. Reuniones para estudiar estrategias contra los rivales dentro del partido, las filtraciones interesadas, la manipulación de las redes sociales, los favores pagados de algunos medios de comunicación… desfilan por las páginas de La cortesana fiel. 

La autora se muestra crítica con algunas de las prácticas habituales en nuestros medios de comunicación. Denuncia, por ejemplo, la actitud de algunos colaboradores radiofónicos que «se afanaban en repetir y en hacer suyos los argumentarios que minutos antes les habían proporcionado los partidos políticos afines, esperando quizás un mensaje de reconocimiento o, quién sabe, la oferta de un trabajo bien regado con dinero público en cualquiera de las formaciones». El director de Patria, por otro lado, encarga a Santi Rodríguez una entrevista-masaje a Elena Sánchez, inmersa en la lucha interna para suceder al presidente del partido. 

Isabel Rábago denuncia también el ninguneo que las mujeres soportan en el campo de la política y en el profesional, también. Lo hace tanto en la narración situada en la Venecia del siglo XVI como en la que discurre en la España del XXI. Podemos citar la consideración de las esposas como simples complementos de sus maridos ante la opinión pública, o las dificultades de las profesionales para ser valoradas de una forma justa y equitativa. Y más, cuando la inteligencia va acompañada de la belleza, como en el caso de Marta. 

Isabel Rábago es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca y graduada en Derecho por la UNED. Actualmente está cursando su segundo año del Máster de Acceso a la Abogacía. Isabel es un rostro muy conocido, ya que lleva más de una década trabajando como periodista en diferentes medios de comunicación nacionales. Actualmente podemos verla casi a diario ejercer su oficio de periodista en los principales programas de televisión en Telecinco, Mediaset España. Compagina su entusiasmo por el periodismo y el derecho con su otra pasión: escribir. Ha publicado La Pantoja, Julián & Cía: asalto a Marbella y Las últimas cortesanas. 

© Violant Muñoz
© Mediâtica, agencia cultural
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